Hasta cuándo hombres que no controlan sus vejigas, uretras, esfínter, se bajan las braguetas de los pantalones para orinar, se exhiben al público que pasa en vehículos, caminando; o se arriman a carros, paredes, zaguanes, puertas, árboles, tachos de basura; por eso algunas calles de la ciudad apestan a orina.
Hacen las necesidades biológicas agachados en las veredas, detrás de poste, en pasos peatonales, etc. En los bajos de un puente que está en la av. Domingo Comín, hay un parque con árboles; iba en vehículo por arriba, por la venta vimos a un malechor que había evacuado el estómago, con los calzoncillos abajo se paró y haló una rama larga de un árbol del parque y se limpió los glúteos. Políticos, inventen una ley, cúmplanla para que la policía, los militares, los vigilantes de tránsito, los policías privados, los ciudadanos correctos, detengan y entreguen a las autoridades a los que orinan, defecan, escupen en las calles, parques; los metan al calabozo por 3 años, multen y hagan trabajos de barrer vías. (O)
Yordy Barros B., Guayaquil