La primera Reforma Agraria ocurrió en septiembre 10 de 1815, hace 208 años. José Artigas expropió las tierras de los malos europeos y americanos. Fue un siglo antes que Emiliano Zapata y medio siglo antes que Lincoln. Artigas advirtió que los más infelices serán los más privilegiados. Cinco años después murió en el exilio y las tierras repartidas fueron arrebatadas a los más infelices. Las siguientes Reformas Agrarias en Latinoamérica se dieron en México en 1934, en la década de 1950 en Guatemala, Bolivia y Cuba, finalmente en la década de 1960 en Colombia, Chile y Ecuador.

Por qué la élite económica de Guatemala es considerada una de las más “voraces” de América Latina (y cuánto pesa en el rumbo del país)

En aquellos tiempos, luego de las conquistas y genocidios europeos se dieron a mansalva las reparticiones de tierras y los títulos de príncipes, marqueses, condes, barones y otras ridiculeces con dobles apellidos para exhibir sus riquezas asaltadas con el beneplácito de los reinados del Viejo Continente que estaban en decadencia. Se sumaron migrantes de varios países trayendo esclavos africanos para crecer sus fortunas y, según la historia, nacieron las falsas y libres repúblicas, las comandadas por militares.

12 de julio de 1964

Muchas reformas agrarias antes mencionadas fueron espurias y transitorias, prevaleciendo empresas multinacionales empeñadas en salvar el agotamiento de ese entonces. En conclusión, las llamadas “reformas agrarias” mencionadas en países de este continente han sido tan solo de etiqueta para simular estados democráticos, mientras se mantienen por parte de países europeos, colonias a distancia en lejanos continentes, usurpando tierras y su producción para engrandecer sus mal habidas talegas. (O)

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Guillermo W. Álvarez, médico, Guayaquil