En conocimiento de que en los próximos días visitará la provincia de Loja el presidente Daniel Noboa, me apresuro en escribir estas letras en la seguridad de que las conocerá y hará honor a su eslogan “El nuevo Ecuador resuelve”.

El próximo Gobierno

Macará ha sido olvidado por los poderes centrales hasta nuestros días. Por eso, escribo estas líneas para ver si es posible que se acuerden de Macará, y con este motivo llegar hasta el presidente Noboa, para recordarle con la mayor cortesía algunos de los tantos ofrecimientos que se hicieron, en especial a Macará y en general a la frontera sur con la firma del tratado de la paz en Itamaraty en 1998, después de la guerra del Cenepa, cuando en el Ecuador se cantó el himno de la sagrada integridad nacional y se dijo que la frontera sur sería la niña de los ojos de la patria.

Se necesita que se construya la segunda etapa del Plan Maestro de Agua Potable: la mitad de la población de la ciudad de Macará no tiene agua potable ni tratamiento de aguas residuales, que hoy desembocan en el río Macará y el alcantarillado pluvial. Además, pedimos que se declare a Macará zona franca y de libre comercio, en aplicación del nuevo régimen de zonas francas, para lo cual se puede utilizar el Centro Binacional de Atención Fronteriza, por lo que deben restablecerse el consulado peruano en Macará (Ecuador) y el consulado ecuatoriano en Sullana (Perú). También que se reconstruya, por parte del MTOP, la vía Macará-Saucillo, que une los ejes de Sierra y Costa. El canal de riego requiere ayuda, ya que está colapsado y fue construido hace 55 años. En fin, Macará necesita la ayuda del Gobierno.

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Preguntas abiertas: ¿Qué debe hacer el Gobierno para disminuir la tasa migratoria del Ecuador? (O)

Siempre he soñado y sueño con un Macará unido, grande y fuerte; esta es la hora de Macará. Gracias, señor presidente. Le deseo una feliz y emotiva estadía en mi provincia de Loja, que pronto lo obligue a retornar. (O)

Alfredo Suquilanda Valdivieso, doctor en Jurisprudencia, Quito