Se abrieron caminos por montañas, ríos y lagos, dicen que llegaron por el norte o sur, que los vieron viajar por el cielo dejando una estela perenne de luz, que de día los tapaban las nubes y de noche los alumbraban las estrellas. Su objetivo era encontrar un pequeño país que emana leche y miel, donde existen los más bellos paisajes, donde está la montaña más alta del mundo, una región con flora y fauna única, tierra fecunda donde los alimentos naturales no faltan en las mesas.
Urge aprovechar los caudales de estiaje
Vinieron a este pequeño y gran país porque con tantas bendiciones recibidas no sabemos y no hemos aprendido a vivir en paz. Queremos cada día más y no hacemos nada para contribuir a una vida sana, libre de odios, perturbaciones, delincuencia, corrupción y maldad. Nos hemos olvidado de que el agradecimiento debe ser el sentimiento perenne en el alma de las personas. Los Reyes Magos fueron enviados por Dios para recordarnos el humilde nacimiento de su hijo bendito, que no teniendo nada sus padres lo recibieron con la joya más grande que puede dar el ser humano: el amor.
Constructivismo y pensamiento crítico
Los Reyes Magos llegaron a la mitad del mundo, contemplando la “carita de Dios” y se enternecieron. Ofrecieron su primer regalo y nos dieron la sabiduría divina para obrar con justicia y equidad en todos los momentos de nuestras vidas. En la segunda cajita con polvo de estrellas soplaron el discernimiento para aprender a escoger y separar siempre lo bueno de lo malo. Y el tercer regalo es el polvo de estrellas impregnado de amor para que nos una como una gran familia en un abrazo de fraternidad y justicia.
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Este mensaje es para recordarles y hacer conciencia de lo que nos falta a los habitantes de este bello país para poder vivir en armonía y paz.
El soñar es lo más lindo, pero el despertar es la maravillosa realidad de lo que podemos lograr. (O)
Alicia de Jesús Carriel Salazar, docente, Guayaquil
