Nos han vendido la idea de que nuestro país es ingobernable. Nos han mentido, creando la ilusión de que nadie puede solucionar los problemas que enfrentamos y que aquellos que se atreven a involucrarse en política se merecen nuestra admiración. Basta de creer que no hay solución o que nos merecemos lo que nos pasa. ¡No nos merecemos arder! La verdad es que el único obstáculo en el que debemos enfocarnos es nuestra mala gobernación. Desde hace más de diez años hemos rendido nuestros derechos políticos a un grupo de personas que no buscan lo mejor para el país. A puertas de las elecciones y en medio de la mayor crisis política y social de los últimos 20 años debemos recordar esto. La política es de todos, y no debería ser mal vista.

Ecuador: una pesadilla sin fin

No puedo evitar sentirme indignado por lo que sucede en el país. Como muchos he contemplado emigrar y no volver, escapar de todos los males que sufrimos. Pero así ganan los malos actores en el país. Hace falta presionar. Como ciudadanos tenemos el derecho de reclamar a las autoridades. Es indignante que no se pueda solucionar la crisis energética, que la inseguridad continúe arrasando, y sobre todo, es indignante que lentamente nos hemos acostumbrado a esta realidad.

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La honestidad intelectual

Yo creo firmemente que este Gobierno tiene toda la capacidad de llevarnos a una mejor situación, pero hace falta más trabajo. La única forma en la que podemos acelerar este proceso es a través de la presión ciudadana. Nos merecemos más, y tenemos que hacer más que solo esperar por un cambio, debemos demandarlo. (O)

Lorenzo Rosania, Quito