El yoga es una filosofía de vida, es la paz y felicidad, es la contemplación del bien, es el estado de conciencia plena, es entrar en diálogo franco con Dios a través del silencio.
Paramahansa Yogananda, un gurú yogui, decía que el hombre se ha identificado erróneamente con el ego, con lo exterior, cuando traspasa ese sentido de identidad a su verdadero ser el alma inmortal, descubre que todo dolor es irreal, ya no puede ni siquiera imaginar el estado de sufrimiento. Realmente en tu verdadero ser, en tu alma que es tu esencia, no puede existir el dolor ni el sufrimiento.
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El éxito y la felicidad se construyen
Es verdad que hay dolores del cuerpo, tenemos músculos, nervios, cerebro, pero eso es el cuerpo y para eso están las medicinas y los analgésicos, hablo del dolor del alma, del espíritu, del sufrimiento, eso ya depende de cómo uno ve la vida y cómo hace las cosas, si las hace bien vivirá en paz y con felicidad, si las hace mal de ley le vendrá el sufrimiento o castigo. Por regla general nos enfadamos por asuntos sin importancia y la mayoría de las veces nos inventamos el sufrimiento, buscamos cualquier pretexto para sufrir, a veces viendo una novela hacen suyo el sufrimiento de los actores del drama, como dice Deepak Chopra: “Es mejor sacar el alma y dejarla que vuele por los espacios siderales rumbo a la primera luna, ahí sentarse a contemplar las estrellas que en fin de cuentas son nuestro destino final”.
A veces nos inventamos el sufrimiento o sufrimos por algo que no vale la pena, si alguien se quiere ir es su decisión, no la tuya, déjala que se vaya y no la llames, porque ¿cómo puedes tu querer o amar a quien no te quiere y no te ama?, déjalo, esa será tu paz y felicidad, siempre hay otras y mejores opciones.
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Recuerda que lo único inmortal y eterno es tu alma, el resto es pasajero. Sueña, vive, ríe, canta y no te enfrasques en lo que no valga la pena. (O)
Hugo Alexander Cajas Salvatierra, médico y comunicador social, Milagro