Una buena gestión requiere de un líder: inteligente, decente, con criterio, sentido común y hasta buen gusto.
Administrar la capital de la República, Patrimonio Cultural de la Humanidad, sí, así con mayúsculas, no es cualquier cosa; es difícil. Debe hacérselo con eficiencia, es decir, con capacidad para lograr los resultados deseados con el mínimo posible de recursos. Son muchas las necesidades y hay pocos recursos. Lo que voy a pedir al señor alcalde de Quito tiene que ver, fundamentalmente, con el buen criterio y el buen gusto.
Homenaje a Quito: la Carita de Dios
Primero, hace varios días ya se terminó el arreglo de la avenida Almagro, entre las avenidas República y Orellana; sin embargo, los parterres orientales no se los arregló. Segundo, la calle A que sale del barrio Quito Tenis, pasa por la avenida Carvajal y llega a la Mariscal Sucre, el último tramo, también es de doble vía, pero desde hace mucho tiempo no se han pintado las señales correspondientes, y hay conductores que viniendo de sur a norte en la Occidental giran por esta vía. Debería analizarse la posibilidad de facilitar esta maniobra con la “señalética” y alguna pequeña obra. Últimamente, en este lugar hay un comercio que tiene muchos clientes. Tercero, la avenida Galo Plaza Laso debería tener prioridad para arreglarla; es muy transitada y, de alguna manera, es la entrada a la capital. Cuarto, visité el centro histórico, hice de guía turístico a una persona que vino a conocer Quito, me dio pena lo descuidado, había muchos perros callejeros alrededor de Carondelet y la plaza de la Independencia. Hay mucho por hacer para recuperar la belleza y majestuosidad de este emblemático lugar.
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Señor alcalde, le deseo el mayor de los éxitos en su gestión: la capital de todos los ecuatorianos lo necesita. (O)
Francisco Almeida Caviedes, Quito