Yo soy exdocente de la Universidad de Guayaquil, me siento en indefensión por lo siguiente:
Cuando me jubilé en el año 2014 y solicité la jubilación complementaria no pensé que fuese a tener tanto problema, ya que después de 37 años y tres meses de trabajo y haber cumplido con las normativas y reglamentos de la universidad esté pasando por esta situación.
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¿Por qué me siento en indefensión? Desde mi jubilación en octubre de 2014, empecé a recibir el sueldo complementario al que me hice acreedora por derecho y por los aportes que hice al mismo durante el tiempo que estuve activa, pero cuyo valor no correspondía a lo que debía realmente recibir.
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Como los derechos del trabajador no caducan nunca, en abril del 2021 apliqué el inter comunis a la sentencia 001-13-SIS-CC del 17 de julio del 2013 y el 14 de abril del 2021, el Tribunal Distrital de lo Contencioso Administrativo (TCA) con sede en Guayaquil dispone a la Universidad de Guayaquil el pago inmediato por ser beneficiaria del efecto inter comunis. Por lo cual, se procede el pago del valor real de la complementaria en los meses de agosto, septiembre, octubre y noviembre.
La grandeza está en la humildad
En diciembre del 2021 me suspenden el pago y para pedir una explicación del porqué de la suspensión, mandé una serie de correos sin recibir contestación alguna, hasta abril del 2022 que la directora de Talento Humano me envía un correo indicando que se me estaba pagando normalmente y allí comienza el calvario. Envié una serie de correos pidiendo audiencia, hasta que fui atendida el 1 de diciembre, el director de Talento Humano, muy amablemente me dice: “Sra., usted efectivamente tiene derecho, se ha revisado su carpeta y ya está lista para que se pague, solo tiene que regresar mañana para que firme los documentos”.
Feliz fui al día siguiente a las dos de la tarde y me recibe una abogada del departamento legal y se pone a leer lo que había elaborado, en resumen, a través de dicho documento volvía a recibir el mismo sueldo del 2014, porque para ellos los procesos legales que se hicieron, la sentencia de la Corte y lo dispuesto por el TCA no valieron de nada y vuelve a lo anterior. Como quisieron que firme ese documento y ante mi negativa, el 6 de diciembre a las 21:00 recibo un documento que decía “razón sentada” y que lo firmaban tres abogados, como si hubiera estado frente a un tribunal. “Me sentí intimidada”.
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El derecho al voto a los adultos mayores
Al día siguiente busqué a un abogado amigo y procedió a realizar una acción de protección, que con fecha 10 julio del 2023, el juez procedió a indicar que mis derechos fueron vulnerados, otorgándome la acción de protección y obligando a las autoridades el pago inmediato de la complementaria, lógicamente del último sueldo recibido.
En agosto del 2023, el director de Talento Humano contesta al juez que están cumpliendo con la acción de protección, pero como el pago de los cuatro meses generó una deuda la están descontando hasta 2026, es decir, insisten con su “razón sentada” y desconocen todo lo que legalmente había obtenido.
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Por este último párrafo se le hizo un escrito al juez por incumplimiento de sentencia el 19 de noviembre de 2024 y hasta la fecha no hay nada. (O)
Matilde E. Cornejo Antepara, Guayaquil