Una de las estrategias más normales de los políticos es mostrarse junto al representante más icónico del partido, como una forma para decir al pueblo que tiene el aval y la confianza de dicho icónico político y por ende de su proyecto.
Esta estrategia es la más vista para ganar posicionamiento. Pero ¿qué pasa cuando el ícono principal del partido político es alguien que tiene una sentencia o está inhabilitado para cargos públicos?, deberían sancionar. (O)
David Enrique Bravo Tobar, 27 años, Guayaquil