Tres Patines, en su programa de La tremenda corte, hubiera denunciado al juez que lo que sucede hoy en Ecuador, no es un ‘tiranicidio’ sino un ‘presidenticidio’; que se pretende destituir ilegal y arbitrariamente al presidente del país elegido democráticamente por la mayoría de los ecuatorianos; que la actitud arbitraria, atropellada y sobre todo ilegal, irrespetando toda norma y todo procedimiento, es una conspiración de algunos legisladores que quieren destituir a Guillermo Lasso para pretender captar el poder.

Felicito a la Conferencia Episcopal Ecuatoriana por su valiente, patriótico y oportuno comunicado el miércoles 10 de mayo, llamando a una reflexión a todos los sectores políticos y a los ecuatorianos para que reflexionemos sobre el momento crítico que vive nuestro país. Quieren interrumpir un gobierno que acertadamente ha puesto las finanzas públicas en orden, ha disminuido la deuda, renegociado las condiciones con los mayores acreedores como China, que está logrando convertir y reducir la deuda, invertir en preservar las islas Galápagos, ha aumentado el empleo, se ha puesto al día con los municipios, prefecturas; está pagando la deuda al IESS, ha recuperado dineros que se esfumaron del fondo de las pensiones de la Policía, está combatiendo el tráfico de drogas y sacando al Ejército a las calles para combatir el terrorismo y la violencia. Seguramente, muchas o algunas de estas acciones molestan a ciertos sectores. El Gobierno no es perfecto, debió haber hecho mucho más, pero la verdad es que no le han dejado, nadie ha colaborado ni le ha permitido gobernar. Pretenden seguir manejando las Cortes y lograr impunidad, obtener la libertad para más reclusos y no pagar un solo centavo de lo que deben devolver. Cínicamente reclaman las pensiones no cobradas y seguramente intentarán e insistirán que se las paguen. El país necesita un baño de verdad, desenmascarar las verdaderas intenciones de muchos políticos y actores públicos. El sumo pontífice Francisco nos insta a las mujeres y los hombres de bien a participar en funciones públicas; es la obligación de todos de coadyuvar en la búsqueda del bien común. La ironía es que se quiere defenestrar ilegalmente a quien en tres ocasiones perseveró en buscar la responsabilidad de gobernar y hoy se comete, pretende, una gran injusticia con él. ‘¡Cosa más grande!’. Ojalá no completen los 92 votos que hacen falta para tremendo despropósito. (O)

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Luis Villacrés Smith, avenida Samborondón