Terminaron al fin y, al menos momentáneamente, los festejos y la bulliciosa, ensordecedora y cansona publicidad electoral por parte de la mayoría de los candidatos.
Por el momento el pueblo se encuentra ya un poco más sosegado y tranquilo, mientras que los candidatos que continúan en la contienda siguen pensando cómo obtener votos para la segunda vuelta.
Por otro lado, confiemos en que se cumplan las disposiciones y ordenanzas emitidas por los alcaldes, especialmente aquella que ordena retirar de inmediato los afiches, pancartas y demás recursos publicitarios políticos que saturan nuestros sentidos y afean a las ciudades, pueblos, caminos, parques y carreteras.
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La orden está dada, esperemos que se cumpla sin discrimen de ninguna naturaleza, caso contrario confiemos en que los partidos, organizaciones y movimientos políticos que las incumplan sean oportuna y severamente sancionados por las autoridades correspondientes.
Es importante despejar y eliminar esos fastidiosos y atosigantes materiales incrustados y colgados en los postes, árboles, muros y paredes para descansar, al menos por un tiempo, nuestra vista y nuestra mente. (O)
Fabiola Carrera Alemán, Quito