Más allá de las religiones, días atrás el mundo recibió la triste noticia de la muerte del papa Francisco, poniendo fin a un pontificado que cambió la forma de hacer las cosas en el Vaticano y en la religión católica, siendo abierta, inclusiva, solidaria y recursiva; esperemos que las semillas que dejó el papa por el mundo germinen poderosamente para contar con una Iglesia acorde a los tiempos, no a las modas, sino que responda pertinentemente a los desafíos. Desde el anuncio del inicio de su papado, se intuía que sería distinto a los anteriores, venir “del fin del mundo” como dijo ese aquel 13 de marzo de 2013 desde el balcón dirigiéndose a todos quienes esperaban en la plaza de San Pedro, lo hacía más comprensivo y entender las problemáticas de las naciones en desarrollo, donde la desigualdad ha marcado el destino de algunas generaciones. Por ello puso en la palestra algunas problemáticas que no son usuales tocar desde un pontífice.

Papa Francisco: la IA y la ética

Su encíclica Laudato si, es un llamado al cuidado del medioambiente (estratégicamente presentada antes de la Cumbre del Cambio Climático de París), que nos lleva a revisar las acciones que atentan contra el medioambiente, desde el principio de los tiempos la actividad económica ha estado ligada a la explotación de la naturaleza, la primera no debe depredar a la segunda, deben ir de la mano, y esa relación debe ser responsable y ética. Puso en agenda y discusión profunda la migración, las consecuencias de la falta de la inacción de parte de los gobiernos, y por qué es preciso brindar oportunidades para que la misma se dé de manera ordenada y con el impacto positivo que se espera; que, en lugar de construir muros, se construyan puentes. De igual forma, tener trabajo ayuda a la dignidad de las personas, las empodera y las catapulta a ser mejores seres humanos, conociendo que el fruto de ese trabajo permite no solo mejorar su bienestar sino el de la familia. También realizó señalamientos sobre el excesivo consumismo que atosiga a las sociedades modernas, de que nos replanteemos si es necesario tener todo lo que se desea.

Francisco

Sin duda, el papa nos hará mucha falta, sus lecciones y consejos ligados a una vida austera son muestra de que más de ser un hombre de profunda fe y amor, fue un hombre de palabra. Siempre te recordaremos Francisco. (O)

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Jorge Calderón Salazar, analista económico, Guayaquil