Durante los últimos días del 2024 recordamos sucesos tristes acaecidos a lo largo de sus 365 días. Han sido tiempos de dolor, llanto, desesperación y tristeza para muchas familias en todo el mundo. Pero así mismo ante las adversidades se hace presente el valor de superación por medio de la resistencia humana y es que el hombre ha demostrado siempre que sobre cenizas se levanta, porque el ejemplo de fortaleza y amor hacia lo que tenemos nos los dio nuestro Creador, que envió a su hijo a la Tierra para enseñarnos el verdadero amor al prójimo, este es el más grande ejemplo para continuar el camino en esta vida.

Pirotecnia, parlantes y quema de monigotes

Queridos ecuatorianos hemos demostrado que la mayoría somos fieles creyentes, tratemos entonces de ser grandes seguidores de la palabra de Dios; realicemos el trabajo arduo y fecundo desde cualquier lugar por muy inhóspito que sea para llevar el pan a nuestros hogares. Sigamos amando y cuidando a nuestros padres ancianos y enfermos. No robemos; miremos y actúemos con respeto hacia el prójimo; no ocultemos la verdad; respetemos la vida; no juremos en vano; no dejemos que la envidia penetre en nuestros corazones; y no cometamos actos impuros. Recordemos que los niños son la alegría y continuidad del vivir, acerquémonos a ellos con respeto.

Tratemos de cumplir con el decálogo que Dios entregó a Moisés para llevar una vida sana y digna. Se qué es difícil, pero no imposible.

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Un cambio necesario

Si a nuestro alrededor nos encontramos con la mirada de un niño, la caricia de una madre, las sienes arrugadas del anciano, la mano que se da al inválido, en las flores del campo, en el cielo azul que nos cubre, el sol qué nos da luz y calor, ahí está Dios.

Si la mayoría somos practicantes del bien, debemos unirnos con metas claras para ayudar a grupos que se han alejado de Dios y han escogido el camino equivocado.

El único sendero que nos queda es unirnos en oración con una sola meta: buscar y acercarnos a Dios en todos nuestros actos de vida para que llegue la justicia y la equidad, dando como resultado la paz.

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Amor, paciencia y humildad

Los niños y jóvenes necesitan hogares creyentes, empecemos con el buen ejemplo, frenemos el mal con amor para que este 2025 se calmen las olas de sufrimiento y experimentemos la gran alegría de vivir en paz, amándonos los unos a los otros, con la bendición de Dios. Feliz 2025. (O)

Alicia de Jesús Carriel Salazar, docente, Guayaquil