No cabe duda de que la actitud es una ventana al mundo, donde las personas somos un imán humano. En cada paso, obra, palabra, abrazo, beso que damos, dejamos huellas. Y es que en el hogar, instituciones educativas, empresas, barrios, transporte, comercio, etc., queramos o no, la actitud está presente.

Apagones en Ecuador: un golpe a la educación

Si hablamos del tan hablado servicio al cliente, por ejemplo, vemos que, a pesar de haber asistido durante muchos años a cursos y conferencias con expositores nacionales y extranjeros al respecto, aún no hemos aprendido el maravilloso arte de servir. Nada más entramos a un banco, almacén, tienda, panadería, clínica, taller, hospital, etc., y lo primero que vemos es un rostro sumamente serio, gente que no saluda ni sonríe, la empatía está ausente en casi todos los establecimientos públicos y privados. Esto es a mi manera de ver como capacitador empresarial uno de los motivos que quiebran empresas. ¿Qué hacer entonces? Requerimos de un gran cambio que nos conduzca hacia la tan anhelada excelencia en cualquier momento y lugar y nunca subestimar nuestra capacidad de cambiar.

Aprovechar la energía del amor

Massachusetts es el estado con el más alto nivel educativo en los Estados Unidos de Norteamérica; y Japón, con su sonrisa, es una verdadera potencia mundial en servicios. Es hora de pensar, actuar y hablar con entusiasmo y los resultados positivos vendrán porque vendrán. De ahí que la actitud lo es todo. (O)

Publicidad

Luis Alberto Hurtado Riera, magíster en Educación Superior, Guayaquil