Que en cada invierno haya inundaciones es asunto que se ha normalizado, no solo en el cantón, sino en el país entero.

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Recuerdo cuando se hizo la pavimentación de la ciudad, en la década de 1980, hubo varias inundaciones, probablemente más de 10. En ese tiempo el invierno que empezó en septiembre de 1983 se prolongó hasta agosto de 1984. Los obreros, trabajando durante los veranillos se completaron alrededor de 92.000 metros cuadrados de pavimento de hormigón que hasta la fecha permiten a la ciudadanía desplazarse con seguridad y comodidad. Se utilizó arena del Toachi y el cemento llegaba por la ruta Guayaquil-Santo Domingo-Chone, pues la carretera Nobol–Jipijapa estaba interrumpida.

Hay una frase popular que dice: “si del cielo caen limones, aprende a hacer limonada”, parece que a Chone le toca hacer mucha limonada.

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Alguna autoridad o ministerio competente debe poner límites pertinentes y realizar los arreglos necesarios.

Chone cuenta con el proyecto múltiple que está inconcluso, los choneros deben exigir, tanto al gobierno provincial, como al Gobierno nacional su culminación, con todos los ajustes, correcciones y complementos necesarios, para que cumpla con todos los objetivos que aspira la ciudadanía.

Un asunto prioritario a resolver es la evacuación del agua acumulada por todos los ríos de la cuenca y la producida por el invierno en la ciudad, que descarga el alcantarillado pluvial al río.

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El canal de descargas que arranca en el puente El Bejuco y que avanza paralelo al bypass para descargar a La Sabana, ahora limitada por la represa Simbocal y porque en la actualidad el cauce y estuario del río Chone, que es el destinado a la evacuación de todas las aguas, está estrangulado por los camaroneros, que también casi han depredado todos los manglares.

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Alguna autoridad o ministerio competente debe poner límites pertinentes y realizar los arreglos necesarios. (O)

Carlos Bernal Lange, ingeniero civil, Portoviejo