Familiares y amigos de Fausto Valdiviezo Moscoso, en uno de los tantos plantones que realizaron en Guayaquil hace una década, para pedir a las autoridades justicia con la captura y sanción para quienes resultaran ser autores, cómplices y encubridores del asesinato a dicho periodista guayaquileño.

Once de abril, un año más ha pasado, un año más de extrañar al hijo, al padre, al hermano, al amigo... Sí, ayer se cumplieron 10 años del asesinato de mi hermano, el periodista guayaquileño Fausto Valdiviezo Moscoso. (https://www.eluniverso.com/temas/fausto-valdiviezo/)

Diez años en que abogados, policías y fiscales han “investigado” el caso y no ha habido ningún resultado, y no espero para el futuro nada diferente; mientras sea el dinero el que compre conciencias, seguirán cambiando fiscales sin ninguna razón aparente, cambiando testimonios, desapareciendo documentos, etc. ¡No creo en la ‘justicia’, no existe! Después de 10 años, no sabemos la verdad de lo ocurrido y, sinceramente, ya no me interesa. La verdad no cambiará la realidad, y la realidad es que Fausto ya no volverá a compartir con la familia. La verdad no devolverá la salud de mi madre que se fue deteriorando a raíz de la muerte de su hijo.

¡No, no hay justicia!, solo sé que por ley universal lo que haces hoy será lo que recibas mañana. Dice un refrán: “Siéntate en la vereda de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo”. Eso precisamente es lo que haré, la vida se encargará de dar el castigo que esos criminales se merecen; esperaré pacientemente, todo es cuestión de tiempo. (O)

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Soraya Valdiviezo Moscoso, avenida Samborondón