El mundo se encuentra convulsionado por el accionar del presidente Trump al imponer fuertes aranceles a economías mundiales, los cuales, de una u otra manera, afectan la economía ecuatoriana.

Es el avance sorprendente de China -para bien o para mal- que Trump trata de detener, especialmente su influencia y presencia en Occidente.

Trump impone el 10 % de arancel a Ecuador

Pero el tema va más allá al valor que le pone a los aranceles, es el control y manejo de las “tierras raras” que son un grupo de 17 elementos más valiosos que el mismo oro y que se necesita para el manejo de la tecnología futurística, va más allá de la producción de los carros eléctricos y los nuevos smartphone.

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Estos raros minerales se encuentran en muchos países, incluyendo Estados Unidos, donde su explotación y manejo es de alto costo y gran contaminación ambiental, de ahí la dependencia de muchos países con Pekín, ya que China produce el 61 % del volumen global de tierras raras, pero controla el 92 % del refinado mundial.

Estados Unidos y China trabajan en un acuerdo comercial que, según la Casa Blanca, marcha “muy bien”

China, como retaliación a los aranceles impuestos, ha restringido la exportación de siete de estos principales minerales, especialmente los que se usan para la fabricación de imanes de gran demanda que van desde la fabricación de celulares inteligentes, máquinas de MRI, jets y hasta submarinos.

Esto es lo que entiendo, Trump trata de contener o generar un ‘reseteo’ en la economía global en base a lo que la tierra genera y necesita para su supervivencia, donde por supuesto EE. UU. debe tener control y dominio.

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Veamos qué más nos depara el accionar de estas grandes potencias. (O)

Antonio Martínez González, Samborondón