A raíz de la muerte de Fernando Villavicencio pensé que nos habíamos quedado sin fiscalizadores, como lo fue en su tiempo Abdón Calderón Muñoz. Una persona con un carácter similar es la fiscal Diana Salazar, y nos alegra que haya emprendido la operación Metástasis, incluso sabiendo que arriesga su vida y la de su familia, por los viles tentáculos que han tejido políticos, jueces, parte de la policía y narcotraficantes.

La fiscal general Diana Salazar denuncia que los mismos que mataron a Fernando Villavicencio quieren atentar contra ella

Ella cumple con su deber, dando ejemplo a quienes -por dinero o temor- fallan a favor de corruptos, narcos y tantos indeseables que se han tomado nuestro país. El presidente debe actuar con firmeza, sin tibiezas y apoyarla inmediatamente, de esta forma podrá declararse anticorrupto. Es necesario que el mandatario dote de superprotección a la fiscal y empiece a limpiar la casa, comenzando por los barrios más peligrosos de todas las provincias. Deporte a extranjeros delincuentes y prohibición total a que vayan dos o más en motos. Si tienen que saturarse las cárceles, que se saturen, pero hay que reactivar la actividad comercial decreciente a causa de las extorsiones y la guerra entre narcos. Felicitaciones a la fiscal Diana Salazar, que Dios la cuide y le dé sabiduría. (O)

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Jorge William Tigrero Quimí, economista, Guayaquil