Está por definirse la Presidencia de Estados Unidos, entre el presidente Donald Trump y el candidato demócrata Joe Biden. Los resultados apuntan a una victoria estrecha de Biden en el Colegio Electoral (y más amplia en el voto popular).

Biden es conocido en América Latina, dado que fue vicepresidente entre 2009 y 2017, durante el gobierno de Barack Obama. Antes de ser vicepresidente, presidía el Comité de Asuntos Exteriores del Senado. ¿Qué se puede esperar de su gobierno? En términos generales, un retorno a una política exterior basada en normas, alianzas, y estrategias de largo plazo, como ha sido tradicional, en lugar de las tormentas de Twitter de Trump.

En lugar de promover un muro en la frontera y restringir la inmigración y las solicitudes de asilo, podría volver una política migratoria más humanitaria. No se repetirá el crimen de arrancar a más de 3.000 niños menores de edad de los brazos de sus padres y encerrarlos en jaulas. Grupos no gubernamentales dijeron que, pese a sus esfuerzos, no han podido localizar a los padres de 545 niños, que siguen abandonados. Biden dijo que haría lo posible por enmendar este crimen.

Si bien Trump impuso restricciones a la importación de acero de varios países, y amenazaba con eliminar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, a la postre adoptó un tratado similar, aunque insistió en cambiar las siglas en inglés de Nafta a USMCA. Con respecto al eje chavista, Trump mantenía una retórica beligerante, llegando a amenazar una intervención militar; pero no hizo nada, aparte de reconocer (junto con los Gobiernos del Grupo de Lima) a Juan Guaidó como presidente de Venezuela. No concedió Estatus de Protección Temporal (TPS) a los refugiados venezolanos que huían de Maduro.

Biden, en contraste, propuso en un libro atender los problemas de violencia y pobreza que afectan a Centroamérica. “De todos los puntos en conflicto en el mundo, había llegado a pensar que Centroamérica presentaba la mejor oportunidad”, escribió. Su equipo adoptaría un enfoque más amplio del problema de la inmigración, abordando la pobreza y la violencia, causas de la migración y la inestabilidad, impulsando la lucha contra la corrupción e invirtiendo en crear empleo y mejorar la gobernanza.

Biden también volvería a incluir a Estados Unidos en el Acuerdo de París para enfrentar el cambio climático, y apoyaría los esfuerzos de la región para combatirlo, incluyendo la reducción de la deforestación en la Amazonía (podría entrar en conflicto con Bolsonaro).

El Ecuador (dependiendo de quien sea electo en 2021) podría aprovechar este relanzamiento de la política exterior abanderando la lucha contra el cambio climático, contra la deforestación y en favor de la energía renovable. Podría impulsar el tratado de libre comercio con Estados Unidos.

Paul Krugman indica que una presidencia de Biden podría devolver a Estados Unidos a su rol de promotor del multilateralismo, volviendo a organismos como la Unesco y la Organización Mundial de la Salud. En un plazo más inmediato, se espera que Biden se sume a los acuerdos internacionales para la distribución de una vacuna efectiva para el COVID-19. (O)