El Código Orgánico de la Salud (COS) aprobado por la Asamblea, sin lugar a dudas, atenta directamente contra la institución familiar, la integridad física y moral de niños y jóvenes, el derecho a la vida y dignidad de la procreación, así como al derecho a la objeción de conciencia de profesionales médicos.
Se riega por el mundo, como una peste, la postura destructiva de la institución familiar que fue un propósito de la extrema izquierda en sus inicios y que ahora se ha retomado desde la ideología de género, con el apoyo de algunas organizaciones feministas, LGTB y movimientos antivida.
La familia humana es una institución natural como lo es la maternidad y paternidad. Es el fundamento de toda sociedad y su deterioro o destrucción siempre ha marcado también el deterioro moral y social.
¿La familia necesita auxilio? Sí. Sin duda. Muchos padres y madres de diversos ambientes se sienten superados por las influencias negativas que reciben sus hijos desde las redes sociales, la tentación de las drogas y alcohol, del narcotráfico, de las pandillas, del sicariato, etcétera, y ahora sufren también con la imposición de la ideología de género.
En ciertos barrios los padres no dejan salir a sus hijos a jugar pelota fuera de la casa, porque en las equinas están los jóvenes que venden drogas… Tienen miedo incluso de enviarlos al colegio porque a la temprana edad de 12 o 13 años ya han caído otros jovencitos.
La pregunta es: ¿qué ha hecho o qué hace el Estado para evitar estos peligros a la juventud y qué resultados ha dado?
La criminalidad aumenta y la primera víctima es la familia. Pareciera que la solución ideal para todos estos problemas de salud física, psicológica y social son los anticonceptivos y quitarles autoridad a los padres…
En lugar de irrespetar los derechos de los padres de familia, es necesario proporcionarles herramientas que los ayuden a evitar que sus hijos caigan en adicciones, en las pandillas criminales, embarazos no deseados y se orienten sanamente, en su mayoría, a promover su propio desarrollo individual a fin de aportar positivamente a la sociedad.
Parece que no se considera importante su rol en esta problemática, como si les fuera ajena. El COS plantea soluciones, sin tomar en cuenta necesarios planes de educación que deben implementarse para ayudar a los progenitores a ser sujetos más activos en la formación sexual que necesitan sus hijos, como sí lo contemplaba el Plan Familia que duró poco tiempo.
Por lo general, en los colegios particulares existen programas de charlas orientadoras para los padres de familia, porque todos necesitan esta ayuda, hoy más que nunca, para hacer frente a los desafíos del siglo XXI.
Son otros los enfoques del Código, como la preocupación por el cambio de sexo a temprana edad, lo cual es una aberración sobre la cual ha protestado hasta la Sociedad Americana de Pediatría.
¡Vételo, señor presidente! Y la historia lo reconocerá como el mandatario valiente que respetó la vida y salvó a la familia ecuatoriana. (O)