Desde hace algún tiempo, los ecuatorianos estamos acostumbrados a recibir malas noticias cuando se trata del accionar de funcionarios e instituciones públicas y en casi todos los ámbitos, con unas cuantas excepciones.
Dicha situación no es exclusiva del actual gobierno; ya son varios que forman parte de esta estadística negativa, en cuanto a cumplir con los objetivos básicos de existencia del Estado, traicionando, en unos casos conscientemente, y en otros, por ineptitud o desidia, la confianza popular depositada en las urnas.
Por esa razón es que el anuncio de la ya irreversible y exitosa reestructuración de una buena parte de la deuda externa ecuatoriana es una muy buena noticia, que rompe con esta secuela de noticias negativas, y de algún modo nos devuelve la esperanza en que sí existen funcionarios comprometidos con los altos intereses nacionales.
La votación alcanzada el lunes fue histórica, y me atrevo a agregar, sin precedentes en América Latina: 98 % en nueve de las diez series de bonos Globales sujetos a agregación bajo las cláusulas de agregación colectiva y 95 % de la serie no sujeta a agregación (Bono 2024).
Los beneficios que alcanzará el Ecuador son inéditos: -reducción de $1540 millones del capital de la deuda; alivio en el flujo por más de $10 000 millones en los próximos 5 años; disminución de la tasa de interés promedio del 9,2 % al 5,3 %; extensión del periodo de gracia de cinco años en capital y prácticamente dos años en interés; diferimiento de los intereses no pagados y acumulados, entre marzo y agosto (más de $1000 millones), ahora pagaderos entre 2026 y 2030, con una tasa del 0 %.
Dicho esto, estoy seguro de que usted, estimado lector, se preguntará ¿cuáles fueron los aciertos para sacar adelante tan complejo proyecto y en tiempos tan turbulentos?
En el caso del Ecuador, ha sido fundamental la visión técnica y profesional de Richard Martínez al momento de escoger al equipo de asesores internacionales que lo acompañen en tan delicado derrotero.
Fueron muy fuertes las presiones recibidas desde las más altas esferas, para cambiar a los asesores que venían acompañando al Estado en el manejo de estos temas.
Sin embargo, haber soportado las presiones y mantenerlos como aliados en sus actuaciones al frente de tan estratégica cartera de Estado hoy rinde frutos, no solo para su gestión personal al frente del ministerio, sino, sobre todo, para el país.
Hogan Lovells (abogados internacionales), Lazard (asesores financieros) y Citibank (agente de intercambio) son los aliados clave que han hecho posible esta exitosa reestructuración, que vivió probablemente uno de sus momentos más apremiantes cuando, la semana pasada, dos fondos intentaron ante un juez de Nueva York conseguir una orden judicial que paralizara el proceso. Otra vez, la acertada decisión de mantener a sus asesores dio frutos, pues los abogados consiguieron que se desestimara la medida y, con ello, que el Ecuador pudiera concluir exitosamente el proceso.
A estas prestigiosas firmas les decimos desde esta columna: ¡Gracias! (O)