Por Paola Andrade Arellano *

La pandemia ha provocado un aumento sin precedentes en el tiempo que nuestros hijos pasan en internet; sin embargo, ni ellos, ni sus padres o docentes tienen los conocimientos, aptitudes y recursos necesarios para prevenir los peligros de las plataformas digitales. El problema tiene magnitudes alarmantes que debemos conocer.

Diariamente 750 000 pedófilos están buscando conectarse con niñas, niños y adolescentes para abusarlos sexualmente, afirma la iniciativa de Naciones Unidas End Violence Against Children. El Centro Internacional para Niños Desaparecidos y Explotados de los Estados Unidos define el grooming por internet como una conducta delictiva, cuyo fin es llevar a un niño, niña o adolescente a una actividad sexual ya sea en línea o fuera de línea.

Estos delincuentes se hacen pasar por niñas o niños para establecer una relación de confianza, que se transforma pronto en control emocional y finalmente en chantaje con fines sexuales. Conocen a sus víctimas a través de redes sociales, plataformas de videojuegos y salas de chat en línea, para llevarlos después a mensajes directos que les permitan ejercer un control total. Sus objetivos son la producción de imágenes y videos de actividad sexual, violencia y tortura infantil, destinados al consumo propio o a redes de pornografía. Otros buscan la explotación sexual y la prostitución infantil. En Ecuador estos grupos organizados operan en seis ciudades y siguen creciendo. El ejemplo emblemático es el de la niña Emilia, secuestrada en el 2017 en Loja. Su brutal asesinato develó una trama de alto riesgo para la niñez ecuatoriana; pero hay más, el New York Times reportó 45 millones de imágenes de abusos sexuales a niños y bebés en el 2018; lo escalofriante es que un ecuatoriano fue el distribuidor número uno en Latinoamérica. Este depredador sexual se hacía pasar por una niña de 12 años para captar más víctimas y transmitía en vivo, a través de Facebook, dos o tres videos diarios de violaciones a niñas desde los 2 años de edad, por los que le pagaban mucho dinero. Este delincuente está preso, pero hay cientos de miles más, cazando libremente en internet.

Las evidencias son claras y nos alertan sobre la existencia de peligros inminentes. Los violentadores sexuales actúan sistemáticamente, están conectados, organizados y saben cómo llegar a nuestros hijos con solo un clic. Existen herramientas tecnológicas que pueden ayudarnos a mantener el peligro fuera de casa, como el control parental y la instalación de softwares que filtran material inapropiado, pero nada va a suplantar la supervisión activa, la comunicación abierta, las reglas claras de los padres y el apoyo de los docentes. Se necesita una articulación urgente del Estado y las organizaciones sociales que trabajamos en la prevención de la violencia sexual. Debemos actuar.

Hay un lema que promueve la organización que presido: Adultos entrenados crían niñas y niños protegidos. Las redes de @ecuadordicenomas tienen herramientas gratuitas que pueden ayudarte a mantenerlos #SegurosEnLínea. (O)

* Directora de Ecuador Dice No Más

www.ecuadordicenomas.com