La crítica situación de las finanzas públicas y la contracción sin precedentes de la economía nacional han generado un debate acerca de la política tributaria. Por un lado, varios académicos consideran necesario aumentar la tarifa del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en 2021 y gravar de forma temporal la renta o el patrimonio de los estratos de mayores ingresos, a fin de incrementar los ingresos públicos y proteger la dolarización. Mientras que otros analistas sostienen que no es propicio un aumento de impuestos por la debilidad de la economía e incluso recomiendan reducir la tarifa del IVA para reactivar el consumo.
La apremiante situación fiscal nos obliga a pensar en medidas que generen resultados inmediatos. Sin embargo, la economía en realidad necesita una reforma tributaria integral y de largo plazo, que cumpla cuatro objetivos: i) asegurar la simplicidad, generalidad y progresividad del régimen tributario; ii) eliminar impuestos distorsivos que perjudican el consumo, el ahorro y la inversión privada; iii) reducir la carga administrativa en la declaración de impuestos; y iv) ampliar la base de contribuyentes sin la creación de impuestos nocivos.
Este nuevo régimen tributario debe asentarse en tres tributos: IVA, Impuesto a la Renta (IR) e Impuesto a los Consumos Especiales (ICE). En 2019 estos tributos representaron el 87 % de la recaudación bruta. Con respecto al ICE, se debe empezar por la eliminación del mismo para varios productos que no generan externalidades negativas a la salud como es el servicio de telefonía e internet. La reforma tributaria de 1988 creó el ICE para reducir el consumo de productos nocivos para la salud como bebidas alcohólicas y cigarrillos. En la actualidad, el ICE ya no cumple esa función al haberlo generalizado con fines recaudatorios. Por lo tanto, es necesario su eliminación en muchos casos. Adicionalmente, el Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) obstruye el libre flujo de capitales e incide en los costos de los bienes y servicios importados que ya son gravados con IVA, ICE y aranceles. Este tributo debe ser eliminado de forma progresiva.
Respecto al IR e IVA, la recaudación por ambos tributos superó los $11 450 millones en 2019, representando el 80 % de la recaudación bruta. El Servicio de Rentas Internas (SRI) estima el gasto tributario que consiste en los ingresos que el Estado deja de percibir por la aplicación de incentivos o beneficios tributarios. Así, el gasto tributario del IR e IVA llegó a $2866 millones y $2480 millones, respectivamente, sumando un total de $5346 millones en 2018. Esta última cifra representó el 38 % de la recaudación de 2018 y el 5 % del PIB del mismo año. Por ello, debemos preguntarnos si es apropiado que productos que incorporan valor añadido graven IVA 0 %. Una posibilidad es establecer un régimen con IVA diferenciado o incluso aumentar la tarifa actual para ciertos productos, considerando la baja evasión en el pago de este tributo y la posibilidad de eliminar otros impuestos distorsivos.
Dentro de los incentivos y exenciones del IR, las personas jurídicas se beneficiaron con $2182 millones en 2018, lo cual representó el 15,5 % de la recaudación de ese año. Debemos replantearnos exenciones tan generosas establecidas en la Ley de Régimen Tributario Interno. Varias de estas exenciones deberían ser reemplazadas con una tarifa máxima menor del IR para las empresas y con una escala más plana de contribuciones progresivas para las personas naturales. Finalmente, se debe facilitar la declaración del IVA e IR, a fin de reducir las 664 horas que los ecuatorianos destinamos para pagar impuestos y los costos asociados en la elaboración de las declaraciones.
El déficit fiscal de este año de aproximadamente $10 000 millones sería financiado a través de endeudamiento, renegociación de la deuda y el adelanto del IR de las grandes empresas. Este anticipo agudizará la crisis en el sector privado y la situación fiscal del próximo gobierno. Por ello, resulta urgente un nuevo régimen simplificado y general, que estimule la inversión y genere mayores ingresos tributarios mediante la recuperación del crecimiento económico y el empleo. (O)