La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha declarado a la década 2021-2030 como la “Década de las ciencias oceánicas para el desarrollo sostenible”. Esta declaratoria busca promover el trabajo conjunto para revertir el declive de la salud de los océanos.
El 70 % del planeta es ocupado por los océanos que juegan un rol primordial para el bienestar humano, brindando servicios valiosos y vitales como son la estabilización del clima, provisión de alimentos, energía, recursos minerales y genéticos, servicios culturales y recreativos. Lamentablemente, las evaluaciones técnicas y científicas han establecido que gran parte de los océanos está seriamente degradada, habiendo alcanzado un punto crítico. La mayoría de las poblaciones de peces están sobrexplotadas, el cambio climático y el aumento del dióxido de carbono disuelto están cambiando la química de los océanos, alterando las especies en las redes alimentarias, con lo que la capacidad fundamental del océano para regular el clima ha sido alterada. Los seres humanos afectamos cada vez más los ecosistemas y recursos oceánicos con nuestras actividades y nuestras cada vez más abundantes descargas de contaminantes.
Es urgente modificar el comportamiento humano hacia un desarrollo sostenible, así como es necesario comprender mejor la magnitud del problema para encontrar y poner en práctica soluciones más efectivas. Las Naciones Unidas han destinado el decenio a los océanos para alentar a la comunidad científica, a los encargados de formular políticas, al sector privado y a la sociedad civil a pensar más allá de los “negocios” y aspirar a un cambio real. Se propone una hoja de ruta para utilizar el Decenio de las Ciencias Oceánicas como apoyo a la ciencia, la política y la acción.
La comunidad científica tiene un papel clave para desarrollar soluciones basadas en evidencias que promuevan la sostenibilidad del océano; soluciones adaptadas a los contextos ecológicos, económicos y socioculturales locales y regionales con datos confiables y creíbles que permitan abordar los desafíos de la década. Las soluciones deberían apoyar la integración de los sistemas humanos y naturales. Las nuevas sinergias entre disciplinas en las ciencias físicas, naturales y sociales, así como en artes, humanidades, ingeniería, negocios y otros campos, deben promover nuevos conocimientos para informar las opciones de desarrollo sostenible.
Debemos promover cambios de comportamiento para el uso sostenible de los recursos costeros y marinos; cambios que se canalizarán mejor a través de acuerdos de gobernanza más inclusivos, participativos y descentralizados involucrando a los gobiernos, al sector privado, la sociedad civil, los pueblos indígenas y las comunidades locales. La participación conjunta en la toma de decisiones conducirá a un desarrollo y apropiación de prácticas más sostenibles.
Sin duda la comunicación de la ciencia y la educación serán prioritarias; iniciamos una década clave para el planeta y, en particular, para los seres humanos. Observemos cada bebé, cada niño pequeño o adolescente, si no asumimos con responsabilidad el reto de cuidar los océanos y por ende el planeta, les robaremos su futuro. El calentamiento global no es una invención y su efecto lo estamos ya viviendo. El decenio de los océanos nos plantea una oportunidad única para evitar el colapso; oportunidad que solo es válida si trabajamos juntos. (O)