Hay que flexibilizar la ley laboral. Urge modernizar nuestro caduco Código del Trabajo creando nuevos tipos de contratos que permitan dinamizar el empleo, la contratación por horas de todo trabajador, sustituir la jubilación patronal y la del IESS por un fondo acumulativo a favor del trabajador, eliminar el recargo del 35% correspondiente al valor por hora en los contratos eventuales y ocasionales, y dar libertad al empleador y al trabajador para que ellos decidan cómo dividir las 40 horas de trabajo semanal; son algunas propuestas a considerar.
Estas reformas deben regir para nuevas contrataciones, ya que de acuerdo a nuestra Constitución, los derechos de los trabajadores son irrenunciables. Es muy difícil que en un país donde hay que pagar dos “sobresueldos” anuales al trabajador, 15% de utilidades, fondo de reserva, afiliación al IESS, bonificación por desahucio, indemnizaciones por despido, y vacaciones que llegan hasta 30 días anuales, se atraiga inversión extranjera que requerimos para salir de la actual crisis que vive el país, el cual permanecerá semiparalizado mientras no se acuerden las reformas laborales y tributarias necesarias para dinamizar la economía.
Ojalá que los cambios que demanda la ley laboral se concreten antes del fin de año, con el proyecto de ley que está por presentar el Gobierno Nacional, con el que espero que se reactive la generación de empleo y el comercio, que tanta falta nos hace.
Otras modalidades de trabajo como el contrato de emprendimiento, el cual debe de tener un período de vigencia de por lo menos 2 años, incrementar el período de prueba de todo contrato a plazo fijo, a 6 meses, antes de que el contrato se convierta en uno de plazo indefinido; son también necesarios y son temas que no se deben politizar más.(O)
Miguel Macías Carmigniani,
abogado, Guayaquil