@ruthdelsalto
Allá como en épocas colegiales o universitarias, cinco alumnos fueron pillados “rajando” del profesor. Aquí había dos cuarentones (Trudeau, Macron), dos cincuentones (Johnson y Rutte) y una sesentona (la hija de la reina).
Justin, Emmanuel, Boris, Mark y la princesa Ana.
La reina Isabel anda un poco contrariada.
Que mandó a abrillantar el salón más grande de Buckingham, se esmeró en ordenar el más selecto banquete de gala, le dijo a su marido, el duque de Edimburgo, que escogiera el mejor trago, casi casi hasta revive a los Beatles para que animen la velada de recepción por los 70 años de la OTAN y que todo no salió como quería, todo lo contrario.
Llegó la gran noche, la reina, como buena anfitriona, recibió a sus ilustres invitados, estuvo junto a su cansado hijo, el príncipe eterno Carlos, y la desabrida nuera, Camila, que creo no le cae nada bien.
En fin, la monarca se puso sus mejores galas, puso buena cara para darle el apretón de manos a Trump, hizo un esfuerzo para incorporarse y levantar la mirada para alcanzar a captar toda la elegancia que traía Melania encima. ¿Todo para qué?, para que ustedes, muchachos, en una ronda espontánea se lleven por delante los buenos comentarios del siguiente día.
Vestidos de gala y con copa en mano, se lo veía muy apuesto, señor Trudeau, pero qué mala suerte, la cámara indiscreta lo captó en primer plano.
Emmanuel, ya sabemos que Trump no es de sus simpatías y para su buena ventura no se alcanza a entender fielmente lo que dijo de Donald, lo que sí fue notorio es que estaban olímpicamente burlándose del estilo poco ortodoxo de Trump. Que habla mucho en los discursos y que repite eso de las “fake news” y demás carcajadas entre ustedes que honestamente nos contagiaron a todos.
Princesa Ana, ya sabemos también que de entrada no quiso estar en la calle de honor para recibir a Trump, pero luego, sí estuvo un poco feo que usted siendo dueña de casa haya participado del momento jocoso. Pero bueno, nada que hacer, eso los hace reales y si el rey de Estados Unidos, perdón, el presidente se enoja, pues allá él.
Es más, me pareció un poco osado de su parte decirle “doble cara”, señor Trudeau. Trump que es rey, ahora sí, de la mofa, la broma, la rechifla y el sarcasmo. Se ha burlado desde el coeficiente intelectual de Biden hasta el discurso de la activista Greta Thunberg, entre otras decenas de descalificaciones amparadas en la risa.
Si nos ponemos a analizar desde la reina, pasando por ustedes, el propio Trump, nosotros, vosotros y ellos somos unos “doble cara”, suele pasar, que se critica al que no está, solo el papa Francisco creo que es el único humano en superar ese defecto.
En todo caso, la próxima vez mejor al estilo Messi o Ronaldo, tapándose la boca para camuflar las palabras y los comentarios cuando vayan a hablar de otro de los suyos.
Gracias por el día, me he reído mucho con sus risas y comentarios.
Ruth,
Ecuatoriana que pretende hacer grande a América again. (O)