Alberto Fernández le ganó a Macri en las elecciones presidenciales. La glamurosa mujer de este último, Juliana Awada, ya está empacando sus elegantes trajes para abandonar la Casa Rosada. Atrás quedarán los días de competencia desmedida en estilo con la mismísima reina Letizia de España.

El presidente electo de Argentina, de 61 años, tiene una extensa carrera política, pero hasta ahora no había optado a un cargo tan importante. Los Fernández, es decir, Cristina y Alberto, se conocen desde hace muchos años, han tenido altos y bajos en su relación. Alberto dice que tiene como meta reunificar el peronismo y ha aclarado que no será “un títere” de la Kirchner, aunque hay muchos convencidos de que ella realmente moverá los hilos.

Pero Alberto, además, tiene a su lado a la futura primera dama, la periodista y actriz Fabiola Yáñez, de 38 años, con quien vive en un apartamento en River View, un sofisticado complejo en Puerto Madero. Una mujer, al igual que Awada, muy segura de sí misma. Durante el último debate dijo: “Cuando estás con el ganador, no tenés nervios”.

Entonces teniendo ya identificados a los antiguos y nuevos huéspedes de la Quinta de Olivos, me quiero quedar con la primera dama de Néstor, la actual segunda dama en el cargo y la que repite su vuelta al poder por tercera ocasión.

Cristina Kirchner volverá a la Casa Rosada y las inquietudes en el ambiente de amores y desencantos entre los dúos presidenciales son las mismas, pero en este caso las preguntas apuntan a que si la Kirchner ¿buscará condicionar al gobierno?, ¿terminará quedándose con el mando de Alberto?

Cuando Cristina anunció que sería la fórmula de Alberto, las redes sociales explotaron con memes recordando muchas de las críticas que él le dedicó a su hoy socia política.

“Es definitivamente un mal gobierno, donde es muy difícil encontrar algo ponderable”, dijo Alberto en 2015 sobre el segundo periodo presidencial de CFK. En una columna de opinión en el diario La Nación, acusó a la entonces mandataria de haber tratado de encubrir a los autores iraníes del peor atentado en la historia argentina, el ataque a la AMIA en 1994.

Quienes conocen de cerca a Cristina dicen que es una mujer inteligente, que resurgió como un ave y es que claro, está libre y vuela, tomando en cuenta que es señalada en trece casos de corrupción abiertos, cinco ya pasaron a la etapa de juicio.

Quienes la percibimos de lejos pensamos que es una señora entregada al poder antes, durante y después de su difunto Néstor. La viuda también resultó generosa: en 2012, luego de que fuera destituido como juez en España, Cristina invitó a Baltasar Garzón a vivir en Argentina. Le dio un carné de identidad argentino en un trámite exprés y le otorgó un cargo en la Secretaría de Derechos Humanos con un sueldo equivalente a un subsecretario de Estado.

Cristina mantiene el discurso de ser una perseguida política evitando rebatir las graves acusaciones en su contra. Ahora en el poder, a mí no se me hace difícil imaginar que buscará las formas para propugnar la cárcel para los jueces que privaron de libertad a exkirchneristas y que según piensa, intentaron sepultarla a ella, la primera, segunda, tercera y casi eterna dama de Argentina. ¡Que la Virgen de Luján que regresó a Buenos Aires luego de 37 años de estar en las Malvinas los proteja de la vicepresidenta! (O)