Esto no se trata de quién le ganó a quién, que si Lenín, Correa o Vargas, es irrelevante. Ellos son pasajeros y efímeros. Lo que sí permanecerá son las cicatrices que los 11 días de paro nos han dejado. Sacamos a la luz todos los cadáveres que manteníamos escondidos bajo la alcoba: intentos de golpes de estado, caos y anarquía. Ecuador no se puede permitir estos “lujos”.
Por favor, respetemos un mínimo de convivencia. Si no estás de acuerdo con el Gobierno, puedes protestar con acudir a medios de comunicación, buscar alianzas o no votar por el oficialismo. Si escoges la violencia condenarás al Ecuador al subdesarrollo perjudicándote a ti, a tu familia y a tus compatriotas. Reconozcamos que nuestro futuro está íntimamente ligado al destino del país. Si a Ecuador le va bien, a ti te va bien. No queda otra que respetar las vías democráticas y el Estado de derecho. Entendamos que no hay otra solución para que el Ecuador prospere.(O)
Daniel Sánchez-Piñol Yulee,
economista; Lubbock, Texas, EE. UU.