Nuestro invitado
Cincuenta de cada cien ecuatorianos que pertenecen a la población económicamente activa no están bancarizados. Solo trece de cada cien ciudadanos que forman parte de este segmento (PEA) tienen acceso al crédito formal. El chulco o financiamiento ilegal puede cobrar 20% mensual a los pequeños negocios. Así un emprendedor llega a pagar $ 9.600 en intereses durante un año por un préstamo de $ 4.000. Es urgente una reforma al Código Monetario y Financiero y a varias regulaciones bancarias que actualmente impiden la inclusión financiera.
El Código Monetario y Financiero no promueve la competencia y genera distorsiones en el sector bancario, ya que ordena que el Estado controle las tasas de interés para todo tipo de créditos. Además, la Junta de Política y Regulación Monetaria y Financiera establece reservas mínimas de liquidez, impidiendo a los bancos utilizar sus depósitos de manera más eficiente. Adicionalmente, existen tributos distorsivos como el impuesto a la salida de divisas y activos en el exterior que no incentivan el ingreso de la banca extranjera al país.
Como consecuencia de estas regulaciones, la cartera de crédito de los bancos privados en Ecuador representó el 25% del producto interno bruto en 2018, mientras que en Panamá el crédito representa el 104% del PIB, en Chile alrededor del 90% y en El Salvador aproximadamente el 47%. Además, de acuerdo con Asobanca, los activos de la banca extranjera en Ecuador solo representan el 12% sobre el total de activos del sistema financiero ecuatoriano. En México, este indicador alcanza el 70%, 67% en Panamá, 51% en Perú y 33% en Chile.
En Ecuador Libre, centro de investigación que promueve políticas públicas basadas en principios de libertad, creemos necesaria la reforma al Código Monetario y demás regulaciones para lograr los siguientes objetivos: 1) Adoptar normativas internacionales de primer mundo establecidas en Basilea III; 2) reformar las funciones del Banco Central, Junta de Política y Regulación Monetaria y Financiera y Superintendencia de Bancos para fortalecer la independencia técnica de estas instituciones; 3) modernizar la normativa de liquidez; 4) eliminar el control de tasas de interés para promover la competencia; 5) atraer a la banca extranjera mediante la eliminación de impuestos distorsivos; y 6) regular eficientemente a las cooperativas de ahorro y crédito, ya que representan más de un tercio de la banca privada en términos de activos y depósitos.
Nuestro país debe aprovechar la importante reducción en el analfabetismo digital y el aumento en el uso de teléfonos celulares, para reducir el chulco y mejorar los niveles de inclusión financiera. En este sentido, la Billetera Móvil, un medio de pago electrónico que puede ser usado desde cualquier celular, es un paso valioso para reducir el costo de las transferencias bancarias a $ 0,09. Esta herramienta también permitirá la inclusión financiera, especialmente, de aquellos negocios y personas que todavía no tienen acceso a servicios financieros. Estos productos innovadores acompañados de regulaciones modernas combatirán el chulco. La reforma monetaria y financiera no puede esperar más. Su objetivo principal debe ser la inclusión financiera. (O)
* Docente, investigador.