Nuestro invitado
La demanda de energía a nivel mundial seguirá aumentando debido al rápido cambio de las tendencias demográficas y a la modernización global. La International Energy Outlook proyecta un fuerte crecimiento de la demanda de energía en todo el mundo hasta el año 2040. Se espera que el consumo mundial total de energía comercializada se amplíe en un 57% durante el periodo 2002-2025. En principio, este escenario justifica la necesidad de intensificar la investigación sobre temas energéticos. Dentro de este estudio, uno de los principales aspectos es el reemplazo paulatino de las tecnologías de generación de energías fósiles por tecnologías limpias y basadas en fuentes renovables de energía. El crecimiento de esta energía se justifica por la situación energética actual, afectada por el agotamiento de las reservas de combustibles fósiles, el calentamiento global, los problemas de seguridad en el suministro y el aumento del coste.
Estas fuentes de energía fósiles se utilizan principalmente en la industria, el transporte y en los sectores agrícola, comercial y civil. Se sabe que el consumo de energía en el sector del transporte es de alrededor del 29,5% de la energía total. Por este motivo, el deterioro ambiental es una de las principales causas del desarrollo de la investigación en gestión energética en vehículos. Para reducir el consumo de combustible, se desarrollaron vehículos eléctricos. Según la clasificación de las fuentes de energía, los vehículos eléctricos se pueden clasificar en vehículos eléctricos híbridos (VEH), vehículos eléctricos alimentados por baterías (BEV) y vehículos eléctricos de pilas de combustible (FCEV). Se espera que hasta el 2020 aproximadamente el 18% de los vehículos nuevos vendidos en Europa y un 7% en EE.UU. sean HEV, y un 8% y 2%, respectivamente, los vehículos eléctricos puros.
Actualmente, los motores de combustión interna, que utilizan como combustibles más comunes la gasolina y el diésel, tienen rendimientos en torno al 25 y 30%. Esto quiere decir que sobre el 70% de la energía química del combustible se desprende en forma de calor. En cambio, en el caso del motor eléctrico (EM, siglas en inglés) al no ser una máquina térmica, su eficiencia real supera el 90%, transformando la energía eléctrica en movimiento. Con la aparición de los vehículos eléctricos, la tecnología del futuro serán las pilas de combustible, las que alimentadas por hidrógeno nos permiten crear energía y movimiento. El hidrógeno se procesa completamente limpio; no produce dióxido de carbono, solo agua. Entonces, no se tiene que quemar hidrógeno para generar electricidad. La eficiencia de estos sistemas puede alcanzar hasta un 85% dependiendo de sus puntos de operación.
La industria eléctrica (en generación térmica) migrará al gas natural en reemplazo del fuel oil y del diésel, mientras que la industria automotriz migrará hacia el vehículo eléctrico (FCEV). Existen más de 200 autobuses de servicio rodando en el mundo a base de esta tecnología y ya existen marcas de vehículos que los comercializan (Hyundai, Toyota, BMW, entre otras). Es tiempo de invertir en la investigación de esta tecnología, en el desarrollo de patentes y de fábricas de manufactura, para esta vez no relegarnos del futuro.(O)