La corrupción empieza en la oficina, cuando se llevan un par de plumas a la casa. Empieza en la tienda de la esquina, cuando dan vuelto de más y en lugar de devolverlo se lo quedan. En la carretera, cuando un camión se accidenta y algunos, en lugar de auxiliar al chofer, arrasan con la mercadería regada en el suelo.

Y sobre este último punto, hace pocos días un vehículo que transportaba cerveza se volcó en Daule y quienes pasaban por el lugar se llevaron jabas del producto. En las redes sociales se observó a alguna gente cargando la mercadería hacia sus carros. Estos episodios me provocan vergüenza, enojo y me indigna reconocer que por eso somos un país hundido en corrupción. Si nosotros mismos nos robamos, ¿con qué cara podemos exigir a nuestros gobernantes que no nos roben?

La ministra del Interior, María Paula Romo, cree que “esta actitud por parte de la ciudadanía es falta de disciplina e irrespeto a la autoridad”. Romo señala que “los esfuerzos de la Policía Nacional deberían estar enfocados a atender delitos graves y de mayor urgencia, y no robos de mercadería a vehículos accidentados, o peleas en las calles, o gente bebiendo alcohol en la vía pública”. En caso de robo de mercadería, los ciudadanos deben conocer que si alguien llega a ser arrestado por esta clase de robo, el proceso de detención dura unas 8 horas, tiempo en el cual se pudiera atender otra clase de delito mayor. En los accidentes de tránsito, “aun cuando la Policía está presente y observe el robo, la prioridad es auxiliar a las víctimas y trabajar en el área del accidente”. La ministra pide a los ciudadanos tomar conciencia de sus actos y en caso de que estos no cambien, que otras autoridades municipales, como intendentes, puedan imponer multas a las personas que cometan esta clase de robos.

Pero ¿por qué algunas personas roban mercadería de camiones accidentados? El psicólogo clínico Gino Escobar explica que “no es una cuestión de instintos, sino de hábitos y costumbres”. Escobar también me dijo que “si algo está caído y no he sido educado para saber que eso no me pertenece, el sentido de propiedad tiene que ver con autorregulación. Todo esto nos debe hacer pensar cómo estamos construyendo la sociedad y educando a nuestros hijos, y si estamos siendo coherentes cuando lo hacemos porque si nosotros trampeamos a la vida, ellos harán lo mismo cuando no los estemos viendo”.

Las recomendaciones dadas por Escobar para poder reeducar a nuestra sociedad son principalmente: dejar de celebrar a los ‘sabidos’ porque hemos permitido que ‘la viveza criolla’ sea la marca registrada de nuestra sociedad y el buen ejemplo de principios, y valores que nos den los líderes comunitarios, nacionales y padres de familia.

En cuanto a esta última recomendación, mucha atención señores gobernantes, su ejemplo de honestidad es primordial para sostener la integridad moral de una sociedad. Y cuando sus ciudadanos sigan ese ejemplo, ya no nos escandalizaremos más con robos como los de camiones accidentados, o suministros de oficina, o vueltos de más de la tienda de la esquina, porque seremos una sociedad sin ‘sabidos’, ni ‘tontos’, solo justos. (O)