El voto popular le favoreció y por los próximos años desempeñará un cargo público que conlleva mucha responsabilidad, pero sobre todo compromiso. Un compromiso con quienes le dieron su voto, así como con quienes no lo hicieron. Un compromiso moral y ético ante una sociedad que ha perdido confianza en una clase política desacreditada. El desgano y la indiferencia fueron los actores principales de un proceso electoral con candidatos que en su mayoría no lograron despertar esperanzas de cambio.

Usted tiene un camino con varias vías; algunas serán amplias y confortables, le conducirán a grandiosos placeres, adulación y lujos; rutas que parecen no demandar esfuerzos ni sacrificios, mostrándose despejadas y sin complicaciones. Sin embargo, son rutas con destino nubloso que muchas veces le obligarán a deshacerse de su equipaje más valioso, como la lealtad y la honestidad. Es una ruta que mientras más la recorra y se adentre en ella más difícil será regresar a retomar la vía correcta. Es un camino traicionero que atrapa; le alejará de aquellas personas que verdaderamente le valoran y aprecian, en tanto que le rodeará de truhanes y malhechores. Es una ruta de destino aparentemente incierto, pero en realidad le conducirá a una emboscada en la que los crueles verdugos de la vergüenza, el descrédito y la deshonra le esperan para atraparle tarde o temprano; la conciencia a veces puede parecer aletargar su paso y quedarse atrás o sucumbir en la ruta; en realidad siempre termina por alcanzarnos y se convierte en otro cruel verdugo que nos enfrenta a una realidad de soledad y desesperanza.

Los ciudadanos esperamos que no sea esa la ruta que decida seguir, al igual que lo han hecho muchas de las autoridades en quienes todo un país confió; una ruta que los deslumbró con sus brillos y espejos y traicionaron todo y a todos; enriquecerse y llenarse de poder se convirtió en su principal objetivo y el cinismo, en su bandera que enarbolan a lo largo del camino con desvergüenza burlándose de aquellos que sufren abandono, pobreza y enfermedad.

Hoy usted tiene una oportunidad histórica para despejar un nuevo camino; un camino que le exigirá desbrozar las malas hierbas para que puedan transitar el progreso, la libertad y la equidad en un país que los requiere con urgencia. Sin duda será una ruta que le confrontará muchas veces al desánimo, al temor y a la frustración; se tropezará con aquellos que intentarán atraerlo a sus caminos tramposos con espejismos de riqueza y felicidad.

Hoy está en la intersección del camino; de la ruta que escoja dependerá su destino y el de miles de ecuatorianos; asegúrese de que su conciencia sea su compañera y asesora permanente, no la abandone en el camino; tiene la oportunidad de resarcir errores pasados y retomar la ruta cuyo sendero conduce a la paz interior que no la ofrecen las riquezas, los títulos o los reconocimientos, la dan la satisfacción de haber hecho lo correcto y haber contribuido a construir una mejor sociedad.

Ha aceptado el reto, gánese ahora un espacio de honor en la historia y no uno de deshonra y vergüenza.

(O)