Nuestro invitado

El ministro de Agricultura firmó un acuerdo con los productores ganaderos y las empresas procesadoras de lácteos para que el suero de leche se utilice solo en la elaboración de derivados y no para comercializarlo como producto final directo o combinado. Este convenio regirá por seis meses, periodo que ha sido llamado “de moratoria” y durante el cual se establecerán los reglamentos necesarios para su uso; se tomarán medidas para incrementar el consumo de leche, incentivar la industria de derivados que utilizan el suero y buscar incursionar en la exportación de la leche y subproductos como una práctica sustentable y sostenible.

¡Excelente!, pues colocar en el exterior los remanentes del requerimiento nacional es la mejor herramienta para mantener el mercado interno sin sobresaltos, pero debemos recordar que el mercado internacional es pragmático y obedece inflexiblemente a los niveles de calidad y precio. El tema de calidad se cubre con la incorporación de equipo y maquinaria técnica para la manipulación de la leche, desde el mismo ordeño, recolección, almacenaje, transportación e industrialización; pero el precio es una problemática mayor porque no debe fijarse en forma antojadiza ni por conveniencia política, sino como resultado de un estudio técnico sobre costo, productividad y cotización en el mercado internacional.

En relación al año 2018, tanto la Comisión Agrícola de la Unión Europea, como la Oficina de Estudios y Políticas Agropecuarias de Chile, la Universidad Autónoma de México y la Universidad Federal de Juiz de Fora, en Brasil, informaron que el promedio pagado a nivel mundial a los productores lecheros fue de $ 0,36 por litro, mientras que en Ecuador se pretendió fijar un precio político de $ 0,41. Un despropósito tan absurdo como intentar exportar arroz con un costo de producción de $ 24 por quintal y precios para venta de $ 32, cuando el mercado internacional manejó precios para venta de $ 21,5. Por tanto, subir el precio de venta es equivocado porque el productor no ganará más vendiendo más caro, sino reduciendo sus costos de producción.

Para exportar los excedentes de leche y otros productos agropecuarios, es primordial la creación de una empresa nacional de comercialización, que se posicione en el mercado nacional y compita en la compra de las cosechas para regular la presión sobre los precios; con capacidad física, técnica y económica para industrializar los productos acopiados y colocarlos en el mercado nacional e internacional. Tratándose de granos o tubérculos, el almacenaje e industrialización es más simple, pero para la leche el sistema es más complejo, pues se necesita manejar cadena de frío en todas las etapas de su manipulación. El financiamiento es muy factible obtenerlo de diversos organismos internacionales de fomento y desarrollo agropecuario, especialmente por el componente social.

Es responsabilidad del Ministerio de Agricultura corregir los yerros de las políticas que afectan no solo los precios de los insumos y materiales importados, sino también los bienes y servicios nacionales que, siendo más bien derechos de la población rural han sido gravados con impuestos, como el uso del agua, de la tierra y hasta la movilización de las cosechas. (O)

* Ingeniero agrónomo.