Existe una interrelación entre la Tierra y los cuerpos celestes que la circundan, pero la interrelación más importante la tiene con el Sol, cualquier desequilibrio en esa simbiosis provoca grandes cambios en la Tierra. Nuestras ciudades son hábitats muy vulnerables, dependemos de la luz eléctrica, agua potable, bancos, supermercados, combustibles fósiles, autos, satélites que orbitan la Tierra, todos estos son rasgos de nuestra vulnerabilidad que dependen de un ambiente estable.

Los huracanes son zonas de baja presión atmosférica. El Sol provoca la evaporación del agua del mar y de la superficie terrestre, esa evaporación genera corrientes verticales de aire que viajan rápidamente hacia arriba, dejando un vacío, mientras el agua caliente sube, el aire circundante que está a mayor presión, rápidamente llena el vacío, el aire se vuelve a calentar y a subir, convirtiéndose en un motor de masas de aire moviéndose arriba, fenómeno que conlleva la formación de nubes y lluvias.

Para medir el poder destructivo de un huracán se utiliza la escala Saffir Simpson, que tiene 5 niveles, la categoría 5 significa que los vientos alcanzaron velocidades mayores a 250 km/h. El huracán Irma produjo, de acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos, vientos de 297 km/h, lo que llevó a pensar en definir una nueva categoría llamada 6, desconocida hasta la fecha.

Los huracanes más fuertes que hemos conocido son: el huracán Katrina, en el 2012, mató a 833 personas, generó 1 millón de desplazados y devastó la ciudad de Nueva Orleans. El huracán Jeanne, que golpeó Islas Vírgenes, Puerto Rico, República Dominicana y luego llegó a la Florida, causó la muerte de 3.000 personas y 300.000 damnificados. El huracán Mitch ocurrió en 1998, llegó a categoría 5 y mató a 26.000 personas, golpeando a Nicaragua y Honduras. El huracán Gordon, en 1994, a pesar de que solo tuvo categoría 1, mató a 2.000 personas a su paso por Haití en 1994. El huracán Patricia, en el 2015, azotó México y mató a 7.000 personas en Centroamérica.

En el 2017, el huracán Harvey golpeó Texas, destruyendo dos refinerías de los Estados Unidos, y redujo su producción de petróleo en un 10%.

Además tuvimos el huracán Irma, que superó todo lo antes conocido; los récords rotos por Irma son:

Es el huracán más fuerte registrado de la historia, por primera vez un huracán mantiene por tres días la categoría 5, además registró vientos con velocidades de 297 km/h durante 37 horas consecutivas, desplazó a 6 millones de personas, 1,5 millones de personas quedaron sin luz, entre otras cosas.

Los huracanes van en aumento en frecuencia y poder, debemos llegar a un punto de inflexión y estar a la altura de las circunstancias históricas, y hacer un cambio de conciencia para mantener un planeta limpio y saludable.

El cambio climático está calentando el planeta, lo que eleva la temperatura de los océanos, dando más poder a este tipo de eventos. Nos daremos cuenta a tiempo de que considerarnos invulnerables ante la naturaleza nos traerá consecuencias, a la larga el planeta continuará existiendo, pero nuestra vulnerabilidad aumentará. (O)