Es la segunda universidad más antigua del Ecuador. La universidad regional más grande del austro ecuatoriano. La que ha marcado el desarrollo intelectual y tecnológico para todo el sur del país. Es la Universidad de Cuenca y el mes entrante cumple 150 años.

La fundación de la Universidad en Cuenca se origina en un decreto suscrito por el Congreso Nacional en el año 1861, pero no es sino hasta el 15 de octubre de 1867 cuando se la crea más allá del decreto en papel, bajo la denominación de Corporaciones Universitarias con la capacidad de conceder grados académicos, y destinadas una para Cuenca y otra para Guayaquil.

“La actual Universidad de Cuenca nace con el nombre de Corporación Universitaria del Azuay. Luego por decreto legislativo del 30 de junio de 1897 se denomina Universidad del Azuay. Toma el nombre de Universidad de Cuenca en el año de 1925, bajo el rectorado de Remigio Crespo Toral, luego de una reestructuración y clausura realizada por el gobierno militar de aquel entonces”.

Su primer rector fue Benigno Malo Valdivieso –licenciado como abogado en el año 1829 en Quito; diputado por la provincia de Loja en la Convención Nacional de 1834; gobernador de Azuay y dos veces ministro del Interior y Relaciones Exteriores​– y su primer secretario, Luis Cordero Crespo –presidente de Ecuador en dos oportunidades: 1883 y entre 1892 y 1895–.

La naciente universidad arrancó con las facultades de Jurisprudencia, Medicina y Farmacia, Filosofía y Literatura y Teología. Los espacios físicos estaban dispersos por la antigua ciudad y de forma bastante tardía, el 2 de noviembre de 1953, se coloca la primera piedra de lo que sería la ciudadela universitaria de Cuenca.

En la actualidad, la Universidad de Cuenca cuenta con doce facultades (Ciencias Jurídicas, Ciencias Médicas, Arquitectura y Urbanismo, Ingeniería, Ciencias Químicas, Ciencias Agropecuarias, Odontología, Ciencias Económicas, Filosofía y Ciencias de la Educación, Artes, Ciencias de la Hospitalidad y Psicología) que ofertan un total de 49 carreras. También cuenta con institutos de Idiomas y Educación Física.

Para el entorno social del austro ecuatoriano, este centro de estudios ha jugado un papel fundamental en la formación de los profesionales con tercer nivel. La garantía de su docencia, de su trascendencia, ha puesto a varios profesionales del derecho y de la medicina en importantes niveles en el ámbito nacional e internacional. Hoy integra relevantes redes académicas por todo el mundo y cuenta con más de 16.000 alumnos de la región.

La celebración, aunque marcada por la crisis declarada desde el Gobierno Central, no ha escatimado en ubicar en el momento exacto de la historia del Ecuador a toda la producción intelectual y de talento humano de estos 150 años. Este tiempo para el reencuentro tendrá su momento más alto durante el desfile de promociones del 30 de septiembre próximo por las viejas calles adoquinadas de Cuenca. Tiempo para la nostalgia, para la rebeldía y para poner las cosas en orden: la educación pública seguirá siendo un derecho de los ecuatorianos; no claudicará ante recortes de presupuesto; su vinculación con la comunidad va a paso firme como un compromiso renovado.

Apenas son 150 años, y vamos por más. (O)