Por primera vez en el posfranquismo, ningún partido español alcanzó mayoría en el parlamento; no pudo formarse nuevo gobierno. Según el banco BBVA, la parálisis política y la incertidumbre respecto a las políticas públicas le costarán a España ocho décimas de crecimiento económico.
En Ecuador no tenemos un gobierno paralizado; todo lo contrario, controla los otros poderes del Estado y restringe la libertad de prensa. Pero hay incertidumbre sobre sus políticas públicas, lo que induce parálisis en el sector privado, que nos está costando crecimiento económico.
Sin renta petrolera, el Gobierno no puede invertir como antes; se torna indispensable la mayor inversión privada. Pero en marzo de 2015 gravó con una salvaguardia a la importación de bienes de capital. Dijo a las empresas que aguantaran la inversión hasta junio de 2016 que se extinguiría la salvaguardia. Pero se la prorrogó hasta junio 30 de 2017.
Al caerse la exportación petrolera, se requiere mayor exportación privada. Pero la salvaguardia encarece los insumos para las exportaciones. Las autoridades se comprometieron a devolver los impuestos incorporados a las exportaciones, práctica universal. Pero incumplen: desde hace un año no lo hacen.
En enero-marzo, frente al primer trimestre de 2015:
-Las exportaciones petroleras se desploman a la mitad, las no petroleras en 13%, las importaciones no petroleras se reducen en un tercio.
-Las recaudaciones del IVA caen 17% porque se contraen las ventas, y las del impuesto a la renta 6%, porque los contribuyentes en el sector privado tenemos menores ingresos.
-El crédito de la banca privada se contrae 8,5% en reacción a una caída en los depósitos de 4,1%.
-400 mil personas más buscaron trabajo, entre jóvenes y quienes antes se declaraban inactivos. Pero el mercado de empleo adecuado no los absorbió; peor aún: se perdieron 44 mil empleos.
-El déficit fiscal se cuadriplica a 567 millones de dólares.
Sin embargo, las autoridades declaran que habrá crecimiento moderado este año y desmienten que haya problema fiscal. Negando la existencia de un problema, justifican no enfrentarlo.
Su afán primordial sería conseguir fondos para mantener el creciente consumo del Gobierno. Prevendieron la producción petrolera de los dos próximos períodos presidenciales.
El primero de los dos paquetes tributarios aprobados en seguidilla sube impuestos a bebidas y telefonía empresarial; se espera que traigan $ 41 millones mensuales adicionales de renta fiscal, cifra exacta a la que se necesita para financiar el incremento del rol de pagos del sector público.
Ahora que subió el impuesto a la cerveza, se permite su expendio los domingos para que el impuesto genere más rentas. Decisión correcta, motivación vergonzosa. La siguiente cerveza o bebida energizante que usted consuma, pague con satisfacción el mayor precio sabiendo que contribuye al aumento de 6% del rol de pagos estatal. La austeridad y desempleo es para los privados.
Para enfrentar la crisis habrá que esperar al nuevo gobierno que se posesiona dentro de un año. Sus tareas serán reducir el gasto burocrático y mejorar el entorno para la inversión privada.
Hagamos votos para que este año no se deteriore tanto la situación que el gobierno sucesor esté obligado a tomar medidas heroicas para impedir el desplome económico. (O)