En la vida política del país, cada vez con más fuerza, claridad y hasta grosería, se evidencia el ningún aprecio de muchos representantes y simpatizantes de Alianza PAIS por la capacidad crítica que pueda tener la mayoría de ecuatorianos. Solo así se entienden sus declaraciones y actitudes.

Por ejemplo:

1. Nos dicen que solo ellos (y ellas) son demócratas. En democracia, lo natural y hasta lo deseable es que haya diversidad de criterios. Sin embargo, cuando grupos no afines al gobierno se reúnen para proponer otras alternativas del quehacer político, entonces, voces estridentes oficiales irrumpen en los medios para –frenéticamente– querer convencernos de que esas reuniones son una fanesca con propósitos desestabilizadores. Solo cuando ellos se convocan, entonces las reuniones son expresiones democráticas legítimas, puras, con infinito amor. Y pretenden que les creamos.

2. Nos dicen que solo ellos (y ellas) son verdaderos defensores de los derechos humanos. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos es un órgano cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Fue creada hace 56 años y su función es velar porque las personas que hayan sufrido violaciones a sus derechos reciban ayuda. Sin embargo, a propósito de que dicho organismo se pronunció negativamente por los procesos judiciales en contra de periodistas u opositores al gobierno de Alianza PAIS, opinan que la CIDH dice falsedades, es sesgada y que constituye una vergüenza para la OEA; y en el ámbito internacional, descalifican la censura a la política represora de Venezuela, en donde un opositor a Maduro es tomado preso y amanece muerto en su celda. Dicen, suicidio. Preso político, quien un mes atrás escribe una carta de amor en la que declara “luchar hasta vencer”. Pero, solo ellos tienen la certeza de que en Venezuela ningún derecho ha sido atropellado y apoyan a Maduro. Y esperan que les creamos.

3. Nos quieren vender la imagen de que solo ellos (y ellas) son librepensadores y contestatarios. Cada vez que organizaciones sociales del país emprenden marchas en contra de alguna o muchas de las políticas del gobierno, entonces, emerge la propaganda negativa tildándolos de fracasados, desquiciados agitadores sociales, hipócritas que buscan la restauración conservadora, y pululan por las pantallas de televisión en particular y por los medios de comunicación en general, en otro intento de persuadirnos de que esas expresiones responden a intereses de unos pocos, intrascendentes y que carecen de importancia (pero con premura salen a enfrentar a esos pocos); solo ellos (y ellas) importan y sus marchas sí son espontáneas (con almuerzo incluido), son festivas. Y ambicionan que les creamos.

4. Nos dicen que solo ellos (y ellas) saben de economía. Por eso declaran las salvaguardias que –dicen– son una consecuencia de situaciones exógenas, según ellos, imprevisibles, casi como un movimiento telúrico. Nada explican del ritmo de gastos (no inversiones) que ha marcado el ritmo populista en el país, durante este largo periodo de administración de Alianza PAIS. Y anhelan que les creamos. (O)