EE. UU.

El hecho de que el gobierno egipcio, actualmente encabezado por Abdel-Fattah el-Sisi, no lograra responder decisivamente a ataques sexuales ha indignado justificadamente a víctimas de violación y defensores de los derechos de la mujer. Ahora, un video publicado en internet de un horrendo ataque sexual de tipo masivo en contra de una mujer, el domingo pasado en la plaza Tahrir, presenta una seria prueba para el-Sisi.

Desde la insurrección que derrocó a Hosni Mubarak en el 2011, muchos ataques sexuales de tipo masivo han ocurrido entre muchedumbres en la plaza, incluso durante las celebraciones de la semana pasada por la elección y toma de posesión de el-Sisi, pero el problema va mucho más allá de Tahrir. Con base en un sondeo del 2013 por parte de Naciones Unidas, aproximadamente el 99,3% de las mujeres egipcias dice que ha sido víctima de algún tipo de acoso sexual, desde insinuaciones indeseadas hasta violación.

Este lunes, el-Sisi condenó el acoso sexual y exhortó al Ministerio del Interior a que “aplique todas las medidas necesarias” para combatir el problema. Este miércoles se pronunció por un comité que investigue el aumento en los ataques sexuales y desarrolle una estrategia para resolverlo. Sin embargo, él tiene poca credibilidad respecto del tema; en el 2011 defendió la imposición militar de pruebas de virginidad para detenidas.

Ha sido perturbador ver cómo algunos egipcios excusan la violencia. Periodistas de la televisión a favor de el-Sisi restaron importancia a los ataques recientes, en tanto otros partidarios de el-Sisi se rieron insensiblemente de ellos.

En el ínterin, medios del Estado y sus aliados han intentado cambiar el equilibrio hacia oponentes de el-Sisi, quienes en su mayoría fueron encarcelados u obligados a vivir en la clandestinidad varias semanas atrás.

Incluso así, funcionarios gubernamentales dijeron este lunes que habían arrestado a siete hombres bajo cargos de “acoso sexual” de mujeres –etiqueta poco apropiada para la violencia cometida– bajo una nueva ley que conlleva una pena de cuando menos seis meses en prisión o al menos 3.000 libras egipcias (aproximadamente 420 dólares). No quedó en claro si los arrestados fueron acusados del ataque en contra de la mujer que aparece en el video.

Si bien los arrestos son el primer paso, cualquier campaña seria en contra de la violencia sexual debe ir más lejos. Médicos en salas de emergencias y la policía deben ser entrenados para manejar casos de violación, para que así la privacidad de la víctima sea protegida y se reúna evidencia apropiada. A los hospitales se les deben suministrar los estuches para casos de violación, para que se pueda reunir la evidencia física y pueda ser analizada y comparada con atacantes.

De la misma forma, hacen falta iniciativas educativas en escuelas e instituciones religiosas para garantizar que hombres y mujeres entienden los derechos de la mujer. Además, dirigentes como el-Sisi deben articular un firme mensaje en el sentido de que ese tipo de violencia será procesado plenamente.

Egipto es apenas uno de muchos países en los que la violencia sexual se está publicitando más. En Reino Unido esta semana se dio una reunión en Londres con la asistencia de más de 100 países para buscarle solución a la creciente incidencia de violencia sexual en zonas de conflicto, con la intención de que la reunión cumbre de cuatro días adopte el primer protocolo internacional sobre cómo documentar e investigar ese tipo de delitos.

El mundo no puede meramente quedarse sentado en silencio mientras hay mujeres que son sometidas sistemáticamente a brutal abuso sexual.

© The New York Times 2014.