Las caricaturas son otras maneras de mirar el mundo, dicen algunos. En general se la define como una de las formas de satirizar a través de una expresión gráfica y artística de gran trascendencia, cuyo propósito es “retratar” una realidad del momento. Para muchos críticos, la caricatura visibiliza aspectos de los hechos porque los desenmascara –que de otra manera quedarían escondidos, que podrían pasar inadvertidos–.
A juicio de Aníbal Nazoa, poeta, periodista y humorista venezolano, la caricatura periodística es un “comentario gráfico” que, además de tener valor de artículo de fondo, es una “pequeña” obra de arte.
Pero es interesante saber que el fin de las caricaturas no es exclusivamente el festivo, el que aspira a hacernos sonreír.
La clasificación es extensa, va desde la caricatura personal, política, social hasta la fantástica, pasando por la costumbrista y simbólica. Cada una de ellas con características y fines concretos. A fin de corroborar lo expuesto, incluyo caricaturas de tres famosos, quienes tomaron la realidad del momento y la plasmaron en el dibujo. ¿Son chistosas? Categóricamente, no. Por el contrario, son absolutamente contestatarias. Son severas. Lo que retratan obviamente dista de lo gracioso. En consecuencia, reclamar dónde está el chiste es insensato.
Y para concluir, tal como reza en una de ellas: La caricatura a veces es poeta, a veces es payaso y a veces es mosquito. ¡Adelante, Bonil!