En la práctica médica se necesita mucho del buen uso de la palabra. El poder de la palabra es una fuente que nos comunica entre todos, al médico, con el paciente y su familia. Es útil para interconectarnos entre nuestros cuerpos, mentes y espíritus. En la comunicación verbal no solo hay que comunicar simples palabras sino sentimientos, emociones y valores personales; saber decir las cosas y cómo comunicar las emociones.

La palabra, la comunicación verbal, si falta, se acaba el compromiso entre las personas. La comunicación es la mejor medicina en curar a un paciente enfermo, con la palabra se da esperanza, se da fortaleza y se agiganta la fe. La mayor parte de los juicios por mala práctica médica son por falta de comunicación verbal entre médico-paciente-familia; cuando se pierde esa comunicación armónica, se pierden la confianza y la credibilidad del paciente hacia el galeno. La palabra es compromiso, lealtad, ayuda a entender a médico y paciente el significado del padecimiento, y a comprender el problema de la enfermedad. La palabra bienintencionada es una fuente de poder que estimula, que guía y sana. Necesitamos del buen uso de la palabra para intentar aliviar el sufrimiento. Al comprender la enfermedad y sus circunstancias, los pacientes están mejor preparados para manejar la incertidumbre de la enfermedad en sus vidas.

La palabra honesta y justa de un galeno siempre comunicando la verdad al paciente es honorable y honra lo que promete con sus actos médicos, sin necesitar ningún tipo de garantía. Como dijo René Favaloro, argentino cardiocirujano que hizo el primer baipás cardiaco en el mundo: “Cuando en cada acto médico está presente el respeto por el paciente y los conceptos éticos y morales, entonces la ciencia y la conciencia están siempre del mismo lado, del lado de la humanidad”.

Con una buena comunicación se llega a consensos, pactos formales, obtener lo más codiciado, que es la paz. Tiene que mejorar la interrelación médico-paciente-familia con el buen uso de la palabra. Un paciente y una familia plenamente bien informados es el objetivo más importante de la comunicación verbal que consiste en construir buenas relaciones interpersonales; decir lo que sentimos y sentir lo que decimos, en suma, que la palabra vaya de acuerdo con los hechos y sea una regla en nuestras vidas (Séneca).

Jaime Benites Solís, doctor, clínico intensivista, av. Samborondón