Tu cuerpo está repleto de sonidos. Algunos son perceptibles y hasta desagradables; otros, casi inaudibles y de lo más extraños. Pero todos ellos pueden escucharse ampliados a través de un aparato que se inventó hace más de 200 años: el estetoscopio.
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Tu cuerpo está repleto de sonidos. Algunos son perceptibles y hasta desagradables; otros, casi inaudibles y de lo más extraños. Pero todos ellos pueden escucharse ampliados a través de un aparato que se inventó hace más de 200 años: el estetoscopio.
Tu cuerpo está repleto de sonidos. Algunos son perceptibles y hasta desagradables; otros, casi inaudibles y de lo más extraños. Pero todos ellos pueden escucharse ampliados a través de un aparato que se inventó hace más de 200 años: el estetoscopio.
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