Leonardo, de 32 años, siempre se queja de las "picadas" (en realidad son mordeduras) de mosquitos que le aparecen en la mañana. Su abuela, en cambio, le dice que no hay ese tipo de insectos en la casa, en el norte de Guayaquil.

"Parece que a mí solo me siguen esos animales", comenta Leonardo.

Al igual que él hay muchas personas que creen que son "más dulces" para ese tipo de insecto, pero ¿qué hay de cierto?

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La ciencia explica que las hembras de estos bichos se alimentan de sangre y para hallar esa fuente, ya sea animal o humana, se orientan con señales químicas que se encuentran en el ambiente.

"Las hembras de los mosquitos vectores de enfermedades utilizan señales físicas y químicas para localizar su fuente de alimentación sanguínea en hospederos vertebrados. Los mosquitos zoofílicos (prefieren animales) responden preferentemente al CO2 (dióxido de carbono) y al octenol liberados en la respiración y excreciones, mientras que los mosquitos antropofílicos (prefieren humanos) responden al ácido láctico y a una variedad de compuestos del sudor", se explica en el artículo Señales físico químicas involucradas en la búsqueda de hospederos y en la inducción de picadura por mosquitos, publicado en Google Scholar.

Los autores de este artículo son José Luis Torres-Estrada y Mario H. Rodríguez, del Centro de Investigación de Paludismo, Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Tapachula, Chiapas; y del Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas, INSP, Cuernavaca, Morelos, en México, en ese mismo orden, quienes refieren que esos compuestos que genera el organismo se modifican al entrar en contacto con microorganismos saprófitos de las glándulas sebáceas de la piel (obtienen su alimento de células muertas): un cóctel que atrae al mosquito.

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"Los mosquitos comienzan a orientarse hacia esos impulsos de dióxido de carbono y continúan volando contra el viento mientras perciben concentraciones más altas que las que contiene el aire ambiente normal", detalla otro experto, Joop van Loon, entomólogo de la Universidad de Wageningen en los Países Bajos, citado por la revista Muy Interesante.

Ilustración de la mordedura de un mosquito. Tomada del portal www.off.com.ec

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La revista especializada en ciencia detalla que un ser humano produce cada día aproximadamente un kilogramo de CO2, y cada vez que exhala, aproximadamente unas 13 veces por minuto, emite más de cien miligramos de este gas. Los mosquitos detectan la corriente con pulsaciones de CO2, que varía tanto entre adultos (más dióxido de carbono al respirar) y niños (menos dióxido de carbono al respirar) y en función de la dieta y del ejercicio físico. Por ello, ciertas personas se convierten con recurrencia en el objetivo de estos invertebrados.

Leonardo ahora entiende un poco más el porqué de la atracción de los mosquitos por ciertas personas. "Usaré repelente para dormir en paz", comenta. La explicación de los científicos puede servir para reducir las probabilidades de contacto con estos pequeños integrantes del reino animal, transmisores de varias enfermedades, como el dengue. A finales de marzo, la Vicepresidencia de la República informó que había 5356 contagios de dengue a nivel nacional.

El artículo de los especialistas mexicanos recoge que la participación de los olores expedidos por los humanos en la atracción de los vectores del paludismo en África fue reconocida desde 1942. Entre los compuestos que constituyen los olores de mamíferos se encuentra el octenol. Actualmente, se cita en el documento, se ha documentado el efecto atrayente de este compuesto, solo o en combinación con otros, en 35 especies de mosquitos.

El octenol es una sustancia química contenida en la respiración humana, el sudor y el tabaco y que atrae a los insectos como los mosquitos.

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Otro compuesto químico que atrae a estos insectos es el ácido láctico, excretado con el sudor en la piel de los humanos, luego de que el organismo produzca energía a partir de los nutrientes. El ácido láctico surge de las glándulas ecrinas en la sudoración, como proceso de termorregulación. "La atracción de las hembras de mosquito sobre los humanos está asociada con las diferencias en los niveles del ácido láctico. Estos niveles están relacionados con la densidad de glándulas sudoríparas ecrinas presentes, su actividad y diferencias de PH (alcalinidad o acidez​​​​​​)", detallan los autores de Señales físico químicas involucradas en la búsqueda de hospederos y en la inducción de picadura por mosquitos.

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También hay químicos que se usan en la vida cotidiana que atraen a los mosquitos, como perfumes de aroma dulce o la acetona. Este último elemento se lo puede encontrar en su estado natural, como en la cebolla, tomate o la uva. (I)