Ya es posible adquirir un robot humanoide en Ecuador. Artil Robotics, una empresa ecuatoriana fundada hace tres años, enfocada en el desarrollo de tecnologías avanzadas, desde robots humanoides hasta brazos robóticos y sensores de precisión. Su misión es clara: reducir la brecha tecnológica en Ecuador y poner a los ecuatorianos al mismo nivel que las potencias en innovación robótica.
La génesis de un sueño tecnológico
El sueño de Artil Robotics nació de la pasión de Marcelo Ortiz y Eduardo Cárdenas, por explorar el potencial de la robótica en el ámbito educativo y industrial. Su primer paso fue en el sector de los juguetes educativos, pero rápidamente se dieron cuenta de que el mercado ecuatoriano estaba listo para algo mucho más ambicioso. Se lanzaron al desarrollo de robots de alta gama, específicamente diseñados para tareas industriales y científicas.
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Artil Robotics ofrece productos de última generación, incluyendo brazos robóticos y robots humanoides. La empresa no solo produce algunos de estos robots, sino que también se asocia con marcas extranjeras, principalmente de China, para distribuir tecnología avanzada, la cual es luego adaptada y programada específicamente para las necesidades de los clientes locales.
El humanoide
Uno de los productos más relevantes es un robot humanoide, una máquina que simula las características físicas y funcionales de un ser humano. En países como Estados Unidos esta tecnología puede costar alrededor de 250 mil dólares.
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Estos robots son fabricados por una empresa china llamada Unitree, en este caso, Artil Robotics recibe los humanoides en blanco y estos son programados en el país. Incluso, se puede adaptar a las necesidades del cliente de acuerdo a las tareas que se requieran. Se venden por un precio que oscila entre $40.000 y $70.000, dependiendo de sus funcionalidades y los grados de libertad que posean.
El humanoide viene con una estructura que permite desde caminar hasta realizar movimientos básicos, estos humanoides son capaces de interactuar con el entorno de forma precisa, algunas de las tareas que puede realizar es clasificar objetivos y soldar elementos. Cárdenas, uno de los cofundadores, recomienda asignarle tareas repetitivas.
Además, su tecnología está en constante evolución: el siguiente paso es dotarlos de capacidades autónomas, como el reconocimiento del entorno a través de sensores como el LIDAR, lo que les permitiría moverse y tomar decisiones de forma independiente.
El robot cuenta con una batería que le permite estar en funcionamiento durante cuatro horas, posteriormente se requiere cargar por una hora.
El impacto de la robótica en la sociedad está comenzando a ser visible. La automatización de procesos repetitivos, como la clasificación de productos, la preparación de alimentos o el ensamblaje de piezas, está dejando de ser una fantasía de ciencia ficción y comenzando a convertirse en una realidad en países como Japón.
“Queremos que Ecuador no se quede atrás”, afirma Cárdenas. “La robótica es el futuro, y ya hemos visto cómo países como Japón están integrando robots en su vida diaria, desde la atención al cliente hasta la automatización en fábricas. Nosotros también podemos estar allí, pero para eso necesitamos avanzar y dejar de depender de tecnologías extranjeras.” (I)