Las tarjetas eSIM, abreviatura de ‘embedded SIM’ (SIM integrada), es una tarjeta SIM digital integrada en el hardware del dispositivo.

Su principal diferencia de las tarjetas SIM físicas es que no se puede quitar ni reemplazar físicamente.

Estas tarjetas permiten a los usuarios activar y administrar planes móviles de forma remota, a menudo mediante un código QR o la aplicación del operador.

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Seguridades

Hay varias ventajas de las eSIM sobre las tarjetas, comúnmente llamadas ‘chip’.

En primer lugar, están diseñadas para convivir con otras eSIM en el mismo celular, de modo que si el usuario quiere tener una línea telefónica personal y otra de trabajo, puede hacerlo desde un mismo dispositivo ya que el proceso es virtual.

Además, no hay forma de perder o dañar el chip, ya que no necesitas la versión física. Y si viajas al extranjero no debes comprar otra tarjeta SIM, sino tan solo activar un plan digital que te permita conectarte los días del viaje.

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Los usuarios que tienen una eSIM también tienen una capa extra de ciberseguridad en sus dispositivos.

Prácticas como robar y clonar el chip serían obsoletas, pues la información se protege en el mismo celular bajo una contraseña, y se puede activar la autenticación de dos factores para entrar a configuración.

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Otro beneficio de hacer el cambio definitivo a las eSIM es que los fabricantes de celulares pueden rediseñar el dispositivo sin incluir la ranura para el chip. Esto permitiría incluir otras funciones y diseños más novedosos.

El precio para adquirir una eSIM sería el mismo que el costo del chip. Es una tasa que se paga para activar la conectividad en el celular, pero sin recibir la tarjeta física. (I)