Alrededor de 22.000 personas podrían recibir un implante neurológico de Neuralink en el 2030, uno de los proyectos del magnate tecnológico Elon Musk.
Aunque la idea existe desde el 2016, año en el que Musk cofundó la empresa, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) recién le dio autorización este año para empezar con los ensayos clínicos en humanos.
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Neuralink ya había trabajado anteriormente en ensayos clínicos en animales, pero la FDA había rechazado la solicitud de intentarlo en humanos por temor a que el dispositivo se moviera o se sobrecalentara.
“El primer paciente humano pronto recibirá un dispositivo Neuralink. En última instancia, esto tiene el potencial de restaurar el movimiento de todo el cuerpo. A largo plazo, Neuralink espera desempeñar un papel en la reducción del riesgo de civilización de la IA mejorando el ancho de banda de humano a IA (y de humano a humano) en varios órdenes de magnitud”, escribió Musk en su cuenta de X (anteriormente Twitter), red social de la cual es dueño.
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Con la luz verde, Neuralink comenzó en septiembre el proceso para reclutar a personas que cumplan con la condición de tener parálisis en las cuatro extremidades debido a una lesión de la médula espinal o esclerosis lateral amiotrófica.
En total, once personas serán operadas el próximo año para introducirles el implante neurológico, que se integraría en el cerebro del paciente, donde registraría la actividad cerebral y potencialmente la estimularía, reportó Bloomberg.
Este dispositivo tiene el tamaño de una moneda, y de él se desprenden cables catorce veces más finos que una hebra de cabello humano, conectándose con el cerebro.
Cada uno de estos cables tiene 1.024 electrodos que pueden controlar la actividad cerebral, además de transmitir los datos recolectados a una computadora para su análisis.
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Según Ashlee Vance, autor de una biografía de Musk, un cirujano tendría que realizar una craneotomía por “un par de horas”, y luego un robot insertaría el dispositivo en el cerebro. (I)