Nuestra casa es el lugar más importante, en términos energéticos, que podamos tener. Allí convivimos con los seres que amamos, arropamos nuestros sueños y encontramos paz; sin contar que es nuestro refugio después de un día difícil.

Pero, a veces, por diferentes circunstancias, los hogares se llenan de mala energía, lo cual, afecta a todos sus habitantes, y no solo seres humanos, los animales y plantas también se ven perjudicados por esto.

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¿Por qué una casa se llena de malas energías?:

Pueden existir muchos factores que afecten la energía de un lugar. Cuando de nuestras casas se trata, los principales son: enfermedades recientes, discusiones con la pareja o los hijos, visitas indeseadas o envidia de otros familiares y vecinos.

Para comprobar esto puedes hacer un simple ejercicio. Piensa en la última vez que alguien que no te gusta fue a tu casa. Después de que esa persona se fue, ¿tuviste alguna avería en tu hogar? ¿Un bombillo fundido, algún plato quebrado o, incluso algún electrodoméstico que falló? Si fue así, o sucedió otro hecho fuera de lo común, como una fuerte discusión casi sin motivo alguno, es porque tu casa se llenó de malas energías.

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¿Cómo se que mi casa tiene malas energías?:

Muchas veces con la intuición es suficiente para saber que tu casa está “funcionando” diferente. Sientes los ambientes pesados y lúgubres, como si la luz no pudiera llegar a ellos.

También puedes darte cuenta que tu casa está llena de malas energías cuando empiezan a aparecer averías por todos lados y casi al mismo tiempo: goteras, bombillos fundidos, tomacorrientes que dejan de funcionar, electrodomésticos dañados, incluso tu coche se puede ver perjudicado de la mala energía de tu hogar.

Otra señal de malas vibras son las discusiones que se empiezan a volver más frecuentes y fuertes. Incluso se terminan volviendo un círculo vicioso en el que discutes y tu casa se llena de mala energía y esa mala vibra trae más discusiones.

La aparición de insectos, especialmente aquellos que menos te gusten y que antes poco se veían por tu casa, también son señal de que las cosas no están marchando bien.

Antes del ritual…:

Antes de poner en práctica el ritual que acá te daremos, es muy importante que tu casa esté limpia físicamente. Dedica un día a organizarla. Saca cosas que ya no uses, mueve los muebles, arregla los desperfectos que tengas pendientes. En general, hazle espacio a la buena energía que vas a atraer con el ritual. Si tu casa no está limpia físicamente, difícilmente lo estará a nivel energético.

Y hay algo muy importante que debes tener en cuenta al momento de estar limpiando: siéntete agradecido por tu casa, sea grande, pequeña, nueva, vieja… no importa cómo sea tu espacio en este momento, agradece por estar allí y evita renegar por tener que limpiar. Debes entender que es el sitio que te protege y no puedes actuar de manera malagradecida manteniéndolo descuidado.

Ahora sí, ¡manos a la obra!:

Cuando tu casa esté como una “tacita de plata” puedes dar inicio al ritual que a continuación te enseñamos. Realmente es muy sencillo y está diseñado para que no ocupe mucho espacio de tu agenda.

Los materiales que necesitarás para este ritual son:

  • Sal marina. Si no consigues sal marina cualquier tipo de sal te puede servir
  • Una bolsa de papel grande
  • Una varita o conito de incienso por cada espacio de tu casa (cocina, baños, living, alcobas, etc.)

La noche anterior, coloca puñaditos de sal en todas las esquinas de las habitaciones de tu casa. Si quieres, puedes hacerlo en platitos de cartón blancos para que al otro día te quede más fácil recogerlos.

Deja que la sal actúe y limpie durante toda la noche. Al otro día, en la mañana, recoge la sal y deposítala en la bolsa de papel. Si usaste platitos también ponlos dentro de la bolsa. Esta sal debes desecharla de inmediato, ojalá en algún basurero que esté fuera de tu casa.

A continuación, pon, en el centro de cada habitación, una varita o cono de incienso y cierra las puertas.

Lo más recomendable es que todos los habitantes de la casa salgan mientras se quema el incienso, para que no absorban la energía que se está “quemando”.

Cuando se hayan consumido los inciensos abre todas las puertas y ventanas de tu casa y recórrela sonando campanas o cuencos tibetanos. Si no tienes o no te gusta el sonido de los cuencos, coloca la música que más te haga vibrar alto, no importa cuál sea.

Con esto ha quedado listo el ritual y la energía de tu casa estará como nueva y así lo sentirás. Este ritual lo puedes llevar a cabo, completo, cuando sientas que el ambiente está muy denso, o solamente la parte del incienso si lo que quieres es “hacerle un mantenimiento” a la energía de tu casa.

Ten siempre presente que es muy importante conservar la energía de tu casa limpia y vibrando alto, para que siempre sea tu refugio y tu lugar sagrado.


Escrito y revisado por Diana Palacio. Directora de Viento y Agua Consultoría, consultora profesional de Feng Shui, Ba Zi e I Ching y terapeuta energética.

Instagram@vientoyaguaconsultoria y @almadecristalterapiaenergetica.

Solicitud de asesorías personalizadas al Whatsapp+57 3006114870.