Opiniones encontradas desata el tema de las constelaciones familiares. Para unos, es un asunto de búsqueda de paz interior; para otros, se trata de una “pseudoterapia”.
Qué son las constelaciones familiares
Las constelaciones familiares constituyen para quienes la defienden una “terapia de introspección familiar, o técnica psicoterapéutica”, cuyo fundador fue sacerdote católico. Se llamó Beet Hellinger y lo recuerdan, además, como psicoterapeuta y pedagogo, indican en el Instituto Enric Corbera.
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Esta “terapia” persigue que “la persona pueda identificar las dinámicas perjudiciales inconscientes que se han establecido en su familia y las actitudes y conductas que se han generado entre sus miembros”.
De igual manera, explican, promueven el aumento del autoconocimiento y favorecer el cambio personal.
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Desde el Centro de Estudios de Psicología agregan que Hellinger “descubrió que la mayoría de personas reproducen las dinámicas y patrones de sus familias de forma inconsciente”.
Indican que a través de la terapia “pueden tratarse distintos conflictos, como problemas en las relaciones familiares y traumas infantiles. También se tratan problemas con la pareja, procesos de duelo o la relación con los hijos. Asimismo, se afrontan patologías graves o sentimientos de soledad y aislamiento, entre otros”.
¿Son peligrosas las constelaciones familiares?
En la acera contraria, el psicólogo Luis Miguel Real considera que “las constelaciones familiares son pseudoterapias” que resultan “peligrosísimas para la salud mental”. Y desglosa:
1. Señala que son “presentadas como una técnica de sanación emocional, prometen resolver conflictos internos y problemas familiares”, pero, “lo que hacen realmente es meterte ideas tóxicas en la cabeza, culparte por cosas que no te corresponden y distorsionar tu visión de los problemas de una manera que, lejos de ayudarte, te deja más vulnerable y confundida (o)”.
2. Para el psicólogo, “el principal peligro de las constelaciones familiares es que te venden la idea de que todo lo que te ocurre, incluso los problemas más graves o traumas personales, es culpa de patrones heredados de tu familia o de tus antepasados”.
Pone como ejemplos que “si sufres de depresión, o si no puedes avanzar en tu vida, la culpa es de tu árbol genealógico, de algo que alguien de tu familia hizo o dejó de hacer. Y aquí es donde empieza el desastre”.
3. Analiza Real que “este tipo de creencias te desvía completamente de lo que realmente importa: trabajar en tus propios pensamientos, emociones y experiencias, no en una especie de karma familiar inventado”.
4. Lo peor –asegura- “es que te meten en un bucle de culpabilidad y responsabilidad por cosas que no tienen sentido. Imagínate estar lidiando con un problema emocional serio y que te digan que todo viene porque tu tatarabuelo hizo algo mal y ahora tú cargas con ese peso”.
5. Estas “pseudoterapias” suelen enfocarse en la “sanación” rápida y milagrosa, lo cual es engañoso”.
6. Advierte que “las constelaciones familiares no están guiadas por profesionales formados en salud mental”.
7. “Otro aspecto tóxico”, manifiesta el psicólogo, “es la presión para perdonar y reconciliarte con tu familia, sin importar la gravedad de lo que hayas vivido. Se perpetúa la idea de que, para “sanar”, tienes que aceptar cualquier cosa que haya pasado en tu familia, incluso abusos o situaciones muy dolorosas”.
8. Real destaca que “las constelaciones familiares no están basadas en ninguna evidencia científica, ni tienen respaldo terapéutico serio”. (I)