El Sábado Santo, también conocido como Sábado de Gloria, representa uno de los momentos más solemnes dentro de la Semana Santa, una de las celebraciones más relevantes para los creyentes cristianos.
Esta jornada marca el periodo de recogimiento y espera entre la crucifixión de Jesucristo y su resurrección, evocando el tiempo que permaneció en el sepulcro.
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A lo largo de esta fecha, los fieles recuerdan el dolor de la Virgen María ante la pérdida de su hijo, pero también su fe en la promesa de su resurrección. Este día invita a la reflexión profunda sobre la pasión, muerte y futura victoria de Cristo sobre la muerte.
¿Qué ocurre en la Iglesia durante Semana Santa?
Durante el Sábado Santo, las iglesias permanecen en silencio. No se celebra la Eucaristía ni se repican campanas. Solo se permiten sacramentos como la confesión y la unción de los enfermos.
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Muchos creyentes optan por el ayuno como acto de respeto y preparación espiritual de cara a la Resurrección, que se celebra al día siguiente.
En años anteriores, existía la costumbre popular de lanzarse agua como símbolo de purificación del alma.
Actualmente, algunas personas acuden a espacios recreativos como balnearios o playas para pasar el día en familia, manteniendo el tono de contemplación y serenidad que caracteriza esta fecha.
El Sábado Santo, lejos de ser un simple día de luto, es también una jornada de esperanza, donde la fe en la resurrección cobra fuerza entre quienes conmemoran los últimos momentos de Jesucristo antes de su retorno glorioso el Domingo de Resurrección.
(I)