San Valentín es una época propicia para que los más románticos se destaquen con detalles para sus personas especiales. Esta fecha hace que los enamorados se pregunten cuál será el mejor regalo para demostrar sus sentimientos.
No obstante, para eso muchas veces no es necesario gastar tanto dinero, pues en muchas ocasiones lo más acertado es acudir a la tradición de dedicar un poema, reseña UNcomo.
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Ya sea escrito a mano, en un mensaje de texto, en una imagen o impreso acompañando a un ramo de rosas, los poemas pueden expresar de una manera concisa todo aquellos sentimientos que las personas guardan en su corazón, a continuación los mejores poemas para enamorar en el Día de los Enamorados.
Los poemas más románticos para dedicar en San Valentín
1. ¿Qué es poesía?, dices, mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas? Poesía... Eres tú. Rima XXI, (Gustavo Adolfo Bécquer), reseña El Mundo.
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2. El amor, rodeado casi siempre por un antojo
de olvido, avanza resuelto hacia las trampas
creadas para cazar osos con piel de leopardo
y serpientes con plumaje de cóndor.
Y el amor sobrevive a las heridas y ruge,
voladora, la envidia de los venenosos. (El amor, Francisco Hernández).
3. Todos los que amo
están en ti
y tú
en todo lo que amo. (Amor, Claribel Alegría).
4. ¿Mi tierra?
Mi tierra eres tú.
¿Mi gente?
Mi gente eres tú.
El destierro y la muerte
para mí están adonde
no estés tú.
¿Y mi vida?
Dime, mi vida,
¿qué es, si no eres tú? (Contigo Luis Cernuda).
5. Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... ¡Yo no sé
qué te diera por un beso! (Rima XXIII Gustavo Adolfo Bécquer).
6. “Del verdecido júbilo del cieloluces recobras que la luna pierdeporque la luz de sí misma recuerderelámpagos y otoños en tu pelo”. (Soneto II, Octavio Paz).
7. Si quieres nos tropezamos y lo llamamos destino. (Aquella orilla nuestra, Elvira Sastre).
8. El amor existe
como un fuego
para abrasar en su belleza
toda la fealdad del mundo. (El amor existe, Cristina Peri Rossi).
9. Dime si molesto
dijo él al entrar,
porque me marcho inmediatamente.
No solo molestas,
contesté, pones patas arriba toda mi existencia.
Bienvenido. (Dime si molesto, de Blanca Varela).
10. De nadie seré, solo de ti.
Hasta que mis huesos se vuelvan ceniza,
y mi corazón deje de latir. (Sin título, Pablo Neruda).
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