La Novena de Navidad, es una tradición profundamente arraigada en la cultura cristiana que tiene lugar durante los nueve días previos a la Navidad. En este tercer día de la novena, familias y comunidades se reuniran para elevar sus oraciones en preparación para el nacimiento de Jesús, reflexionando sobre la importancia de la paz y la esperanza que su llegada trae al mundo.
Este año, la novena se reza desde el sábado 16 hasta el domingo 24 de diciembre. Además, se hacen lecturas de pasajes de la Biblia y cantos en familia.
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El día está marcado por la participación activa de los creyentes en diversas iglesias y hogares, donde la novena se celebra con fervor y devoción. En muchas comunidades, la celebración comienza con la misa, que incluye la tradicional oración de la novena, y prosigue con cánticos y momentos de reflexión. Los niños, quienes son parte fundamental de la celebración, también participan activamente, recordando el mensaje de amor y unidad que representa el nacimiento de Cristo.
Así se reza el octavo día de la novena de Navidad
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Villancico
Saludo Trinitario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración para todos los días
Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amaste a los hombres, que les diste en tu hijo la prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; yo, en nombre de todos los mortales, te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.
En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanizado, suplicándo por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongan nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con tal desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente.
Padrenuestro
Oración para San José
¡Oh Santísimo San José! Esposo de María y padre adoptivo de Jesús. Infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Te ruego, por el amor que tuviste al Divino Niño, me abrases en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén.
Padrenuestro
Oración a la Virgen María
Soberana María, que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera por madre suya, te suplico que prepares y dispongas mi alma, y la de todos los que en este tiempo hagan esta novena, para el nacimiento espiritual de tu adorado Hijo. ¡Oh dulcísima Madre! Comunícame algo del profundo recogimiento y divina ternura con la que lo guardaste tu; para que nos hagas menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia
Texto bíblico
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo (3,1 - 4, 23-24):
Esto dice el Señor: “He aquí que yo envío a mi mensajero. Él preparará el camino delante de mí. De improviso entrará en el santuario el Señor, a quien ustedes buscan, el mensajero de la alianza a quien ustedes desean. Miren: Ya va entrando, dice el Señor de los ejércitos. ¿Quién podrá soportar el día de su venida? ¿Quién quedará en pie cuando aparezca? Será como fuego de fundición, como la lejía de los lavanderos. Se sentará como un fundidor que refina la plata; como a la plata y al oro, refinará a los hijos de Leví y así podrán ellos ofrecer, como es debido, las ofrendas al Señor. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos. He aquí que yo les enviaré al profeta Elías, antes de que llegue el día del Señor, día grande y terrible. Él reconciliará a los padres con los hijos y a los hijos con los padres, para que no tenga yo que venir a destruir la tierra’'.
Palabra del Señor
R/ Gloria a ti Señor Jesús
Reflexión
Cuando Jesús nos llama a amar al prójimo, nos está invitando a mirar al otro con atención, a acercarnos con compasión, a ofrecer consuelo y a hacer que todos se sientan parte de una misma familia, hijos de un mismo Padre. Esta invitación de Jesús nos motiva a reflexionar sobre nuestra capacidad de empatizar. El Señor también nos anima a reconciliarnos, no solo con los demás sino con nosotros mismos, con Dios, y con nuestros seres queridos. Esta reconciliación es una manera de elevar nuestra ofrenda a Dios, llevándola hacia lo más alto, en un acto de amor y unidad que honra su nombre.
Peticiones
Gozos
- Oh sapiencia suma del Dios soberano que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh Divino Infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.
- Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, tú sabes y entiendes del dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias siempre recordemos que nos has salvado.
- Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh lumbre de oriente sol de eternos rayos que entre las tinieblas tu esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
- Dulce Jesús, mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca, ya el cordero manso.
- Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ábranse los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño, ven Dios humanado, luce hermosa estrella, brota flor del campo.
- Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados el gran compromiso del amor cristiano.
- Dulce Jesús, mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano.
- Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aun más que mis frases te dice mi llanto.
- Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.
- Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto! Ven Salvador nuestro por quien suspiramos, ven a nuestras almas, ven, no tardes tanto.
Villancico